lunes, 26 de abril de 2021

RECUPERAR CONFIANZA DE LOS LECTORES

 

El grupo empresarial de comunicación, Bertelsmann, uno de los mayores del mundo con sede en Alemania, que opera, además, en los sectores de servicios y de educación, con dos principios primordiales en su filosofía, la creatividad y el emprendimiento, promueve una gran campaña informativa en la que reivindica el papel de los periodistas y su responsabilidad social.

Se trata de recuperar la confianza de los medios, una vez se ha constatado que los niveles de credibilidad son, al menos en nuestro país, los más bajos desde 2015. Así lo refleja en una de sus investigaciones el Digital News Report 2020 en la que se muestra el incremento tanto de la desconfianza en los medios como de la preocupación social por la proliferación de bulos. En lo que concierne a España, por ejemplo, hay datos llamativos, como que solo un 36 % de los internautas de nuestro país confía habitualmente en las noticias. De ahí salen esos niveles de credibilidad (en 2015 se alcanzó un 34 %). Ni siquiera la confianza en los propios medios que los encuestados consumen, por lo general más elevada, se salva de este retroceso: la misma investigación indica que apenas un 42 % confía en ellos. Son seis puntos menos que en 2019. Es claro entonces que buena parte de la sociedad no tiene las mejores percepciones de la profesión periodística, o lo que es igual, ha perdido parte de la confianza que había depositado en los medios de comunicación.

La iniciativa de Bertelsmann, a diferencia de otras que han emprendido algunas empresas editoras en que hablan del valor del periodismo de su medio de una forma genérica y casi siempre coincidiendo con la puesta en marcha de modelos de suscripción de pago, se centra en el papel de los periodistas y su responsabilidad social y extiende su cobertura a numerosos profesionales del grupo, los cuales explican lo que hacen.

En efecto, que los periodistas lo hagan y sean más transparentes, es una de las claves para remontar en esa escala de credibilidad deteriorada. Habría que añadir: un ejercicio de autocrítica.

A este respecto, por citar un ejemplo, el ex editor de The Guardian, Alan Rusbridger, ha señalado que el periodista debe explicar mejor “qué es lo que hacemos, y a la hora de generar confianza, recordar que estamos en el siglo XXI y no en el XIX o el XX. El mensaje no puede basarse en la premisa de que yo soy periodista y que por tanto tienen que creerme por ese solo hecho. No podemos esperar que se confíe en nosotros por quién somos sino por la forma en que estamos narrando las cosas. El punto de partida es muy básico: hay que asumir que el mundo ha cambiado en los últimos quince años de una forma que no podíamos imaginar”.

Las empresas del grupo alemán tratan de que su iniciativa de gran alcance, llevando por lema un ilustrativo reclamo (‘Año de la verdad’), sea un ejemplo de buen periodismo. Se desarrolla en televisión, radio y diarios impresos. Los profesionales consultados defienden las características principales del periodismo de calidad, “orientado a los hechos, responsable y transparente”. En este sentido, se precisa que es indispensable buscar la verdad y revelar las falacias y los sesgos que muchos poderes, partidos y organizaciones empresariales o de otro tipo tratan de hacer pasar por reales, cuando en realidad lo que hacen es informar/desinformar interesadamente.

Ejecutivos de Bertelsmann se muestran optimistas. “Afrontamos nuestra responsabilidad con toda la fuerza”, dijo uno de ellos en el procesamiento de la encuesta: “Nuestros periodistas trabajan en ella todos los días para brindar a los lectores datos confiables y clasificar contextos. Por eso les damos voz y rostro con nuestra campaña. Por un buen periodismo, amplio y serio”, concluye.

En el que ese objetivo, recuperar confianza de los lectores, resulta determinante.





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