miércoles, 12 de mayo de 2021

CONTINUIDAD DE LA VIDA ACTIVA

 

La globalización, los cambios medioambientales y las crisis económicas y financieras son causas de sustantivas transformaciones sociales en las últimas décadas. A ellas habría que añadir, según un estudio de la UNESCO recientemente publicado, las derivadas de la pandemia causada por el COVID-19 en las que los gobiernos están trabajando con el fin de mitigar el aumento de las desigualdades, la exclusión o la negación de derechos fundamentales que puedan producirse.

El estudio revela que la sucesión de factores negativos no produce la resignación, sin más, de la población. A l menos, hay sectores que resisten, como los integrados por personas que culminaron su vida laboral, ya fuera por alcanzar la edad de jubilación o por haber resultado afectadas por numerosas regulaciones de empleo que ofrecían a los mayores alternativas casi a la carta o incluso incentivos económicos para facilitar el tránsito a clases pasivas.

En el ámbito europeo, en efecto, según el estudio, millones de personas que podríamos situar en edades superiores a los cincuenta años, tuvieron que plantearse qué hacer en adelante, y desempolvar proyectos de vida social o profesional ideados pero no llevados a la práctica por la necesidad imperiosa de resolver los problemas perentorios del día a día.

Y han ido surgiendo las oportunidades en este contexto de resistencia. Estudios no terminados, aficiones artísticas, conocer lugares soñados del mundo han servido también como motivación para rehacer vidas que hasta fechas recientes se consideraban prácticamente finiquitadas cuando se alcanzaban los fatídicos sesenta y cinco años. O sea, la conclusión es que la vida activa no finaliza con la vida laboral, como ha venido aceptándose generalizadamente.

Por citar dos sectores, a título de ejemplo, la política y el periodismo. En la primera, se han abierto posibilidades para participar tanto a través de los partidos tradicionales como para impulsar las nuevas formaciones de personas indignadas que están revolucionando los parlamentos que quedan anclados en el pasado y se desconectan de la realidad. En lo que al periodismo respecta, las nuevas plataformas para crear y difundir contenidos han permitido a muchos profesionales lanzar sus propios medios de comunicación sin depender de empresas editoriales condicionadas por intereses económicos y políticos.

Hay oportunidades, desde luego, para continuar con una actitud proactiva, bien cultivándose bien explorando aquellos territorios que produjeron cierta atracción o siguen motivando. De ahí que la UNESCO valore que del éxito que se tenga en esta nueva etapa, “no solo habrá beneficios personales, sino que podremos trasladarlos a nuestro círculo más cercano, o nos permitirá ser más solidarios, incluso en la lejanía, prestando apoyos a esas oenegés que día a día combaten los males que aquejan a las sociedades modernas”



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