Tamaña incertidumbre la de los viajes del Imserso, esos que, desde hace años, pese a las complicaciones, han incentivado el interés por los viajes de turismo y termalismo social. Lo habitual es que en junio ya esté el panorama cuando menos semidespejado pero, ahora mismo, ni se sabe cuándo arranca el plazo de inscripción, en tanto las agencias de viajes empiezan a verse superadas con un creciente volumen de demandas y consultas y el Gobierno, que sigue sin aprobar los nuevos pliegos, sigue en silencio sobre los plazos de que dispondrán los interesados para inscribirse en los programas que se establezcan.
Muchas incógnitas pues. El Imserso tiene previsto que haya novecientas mil plazas disponibles y que los viajes comiencen en octubre, después de que el proceso de ventas arranque en septiembre. Pero el que a estas alturas el ejecutivo no haya aprobado los nuevos pliegos reguladores es un factor negativo que produce desazón en el sector, especialmente entre nuevos solicitantes: así se desprende de que las agencias de viajes lleven recibiendo numerosas consultas de pensionistas que abruman cuando reiteran la misma pregunta: ¿cuándo podrán inscribirse para optar a los viajes de la próxima temporada?
El sitio digital preferente.com quiso saber en fuentes del Imserso qué va a pasar y cuándo será posible sobrepasar estas incertidumbres. Al revés, la respuesta parece acentuarlas: “Actualmente no hay fecha fija de apertura a los programas de turismo y termalismo social, por lo tanto no pueden gestionarse ni solicitudes para participar en dichos programas ni para la inscripción de nuevos usuarios. Con la apertura de los programas se anunciaran los requisitos y el procedimiento a seguir”.
Las cosas se complican cuando la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (Fetave) ha solicitado al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que evalúe la posibilidad de prorrogar los contratos con Mundiplan y Turismo Social para asegurar el reinicio del programa de turismo del Imserso tras la temporada de verano. Y es que la organización considera que esta opción debería ser tenida en cuenta “si no es posible garantizar que el proceso de aprobación de pliegos, convocatoria y adjudicación” para que las ventas arranquen en septiembre y los viajes lo hagan en octubre. Advierte que un retraso tendría consecuencias “muy graves” para la industria del turismo. En este sentido, reitera que el arranque de los viajes del Imserso en tiempo y “con el máximo número de plazas posibles” es “imprescindible para que el sector turístico pueda sobrevivir” y consiga “enlazar con un 2022 de cierta normalidad, incluso por debajo de los niveles de 2019”.
La Fetave considera que con el dinero que el Gobierno se ahorraría en indemnizaciones a los adjudicatarios, se podrían ampliar las plazas del programa. Por eso, reclama elevar la cifra de beneficiarios desde los 900.000 actuales a 1,5 millones.
Tendrán las partes que darse prisa. El tiempo –y las incógnitas- apremian. Los interesados quieren saber y no es cuestión de alargar más las incertidumbres.
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