El ejecutivo y los grupos parlamentarios
salidos de las urnas en Canarias tras el próximo domingo tienen una tarea
prioritaria: regular la situación de las viviendas o de los pisos turísticos,
por lo que se ve bastante descontrolada. El sector tampoco puede permanecer
ajeno a un problema que se complica a poco que se repasen los registros del
propio Gobierno de Canarias, del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de
otras fuentes, como la de la plataforma, Airbnb: no ya por las contradicciones
sino por una disparidad flagrante que solo viene a poner de manifiesto la madre
del cordero: la oferta ilegal, que va in crescendo, por lo que se se puede
colegir.
Este descontrol se pone de manifiesto en
algunos casos concretos. Arona (Tenerife sur), por ejemplo, cuenta con cuatro
mil ciento treinta y siete viviendas vacacionales, según Airbnb; pero el INE
solo refleja tres mil setecientas dieciocho; en tanto que el Registro de
Turismo, contabiliza tres mil novecientas ochenta y una. Otro caso ilustrativo
de disparidad es el San Bartolomé de Tirajana (sur de Gran Canaria). Le siguen,
en este carrusel Adeje, La Oliva y Las Palmas de Gran Canaria.
Ante esta preocupante cuestión, el doctor en Geografía por la
Universidad de las Islas Baleares (UIB), Ivan Murray, ha alertado de que
estamos ante “un mercado negro brutal de pisos ilegales”, debido a que “falla
la inspección”. Este considera que AirDNA, la plataforma que acoge a Airbnb, es
la fuente más fiable, ya que cuenta con una metodología más “sofisticada”.
Pero de su opinión discrepa, por ejemplo, el experto e
investigador postdoctoral en la Universidad de Leipzig (Alemania), Alejandro
Armas, quien ha señalado que “Airbnb es muy poco transparente. Ellos se
desentienden de muchos aspectos legales alegando que son una simple plataforma
de mediación y que lo que buscan es poner en contacto a la gente interesada en
adquirir algo. Las personas que ofrecen una vivienda, entonces, se escudan en
esa intermediación para no tener ningún tipo de posibilidad de censura”.
No son más que una muestras de la controversia, servida para que
entre todos se busque la solución a un problema que tiene otras connotaciones
sociales. Canarias, de proseguir o agravarse la situación, sin regulación
normativa, lleva camino de convertirse en un gigantesco mercado negro de
viviendas turísticas. Se sobreentiende que hay muchos intereses en juego y que
la patronal hotelera también tiene mucho que decir. Aunque no estemos
acostumbrados, dialogar, transar y convenir es lo que procede. Que no lo
demoren mucho, ese mercado negro sigue creciendo. En principio,sin control.
2 comentarios:
Completamente de acuerdo Salvador. Ojalá sepamos votar y los elegidos sepan gobernar y proteger al ciudadano medio que es el que mantiene la economía del país.
Saludos. Carmen
Buenos días certero y desoldor panorama para esta Islas masacrdas una y otra vez... El diálogo es necesario pero con respeto y amor por las Islas y los hijos de la tierra que estamos sufriendo esta carencia desde hace años. Muchas gracias por compartirlo.
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