Desde
que los escritores e investigadores norteamericanos William Strauss y
Neil Howe acuñaron el término 'millennial' a finales de los 80,
para referirse al grupo de población que entraría en la mayoría de
edad alrededor del año 2000, tanto las instituciones como académicos
de toda consideración han llevado a cabo estudios diversos para
entenderlos. En ellos se analizan desde distintas perspectivas: desde
sus hábitos de consumo de información, su nivel de formación, su
actitud ante el desempleo y la nueva forma de trabajar, su capacidad
de adaptación e intercomunicación y hasta su propio comportamiento
ante el vértigo evolutivo de los avances tecnológicos.
En
la dimensión cultural, han mutado el lenguaje, los sentidos y las
formas de comunicarse y de relacionarse. De los primeros videoclips
producidos en la década de los 80, pasamos a un mundo en el que
cualquiera puede volverse una figura de opinión, desde su casa, como
los 'youtubers' o los blogueros. La información y los bienes
circulan casi sin límites, a diferencia de las personas que cada vez
tienen que sortear más muros; por ello, se puede estar conectado con
el mundo y el entorno local, simultáneamente; y la inmediatez marca
la interacción.
En
la dimensión política, habría que tener en cuenta que la
'millennial' es una generación heredera de las imperfecciones de la
democracia que sobrevino a regímenes militares o totalitarios; por
ello, afrontan grandes retos que tienen que ver con la desigualdad,
el populismo, los estrictos límites entre derecha izquierda y la
corrupción.
El
periodismo digital cambió significativamente, pues continuamente
reinventa su diseño y los contenidos que ofertan. Así, la doctora
Concepción Edo Bolós, doctora en Ciencias de la Información y
profesora titular de la Universidad Complutense explica que “se
deja de presentar la información de manera lineal para ofrecerla a
través de enlaces o links que conectan entre sí todos los aspectos
informativos y simplifican la ampliación de las noticias, la
aportación de antecedentes, la presentación de gráficos o
fotografías y la conexión con las fuentes” que es la ventaja de
la hipertextualidad, y la posibilidad de enriquecer las noticias en
el denominado periodismo 2.0.
El
periodismo digital constituye actualmente una nueva forma inmediata
de informar a través de dispositivos multifuncionales, que facilitan
el acceso a la información recibida, los contenidos noticiosos
necesariamente son enriquecidos por contenidos multimedia
audiovisuales: imágenes, videos, audios, y datos.
Pues
unos negros nubarrores parecen anticipar una crisis sobre ese modelo
de prensa digital que, al calor de la generación 'millennial', ha
ido evolucionando -al principio, favorablemente- desde los sitios o
ediciones que se especializaron en formatos interactivos y de
entretenimiento, dirigiéndose a un segmento de población muy
concreto. Pero el proceso se está viendo truncado ante las cada vez
menos oportunidades para erigirse en un negocio sólido al margen de
las redes sociales.
Dicen
que todo empezó con el cambio de algoritmo implementado por Facebook
a principios del pasado año. El director de Evoca
Media, Pepe
Cerezo, especialista en estrategia y desarrollo de negocios
digitales, uno de los veinticinco españoles más influyentes en
Internet, según el periódico El
Mundo, ha
afirmado que “a los medios 'millennials' les ha tocado sufrir las
consecuencias de una proliferación exponencial. Creo que es un
síntoma de maduración del modelo de medios nativos digitales”. En
cualquier caso, no cree Cerezo que estemos ante una desaparición
completa.
De continuar las
tendencias, estamos ante un punto de inflexión para este tipo de
prensa digital. Cerezo entiende que los digitales deben reorientar su
foco de atención “en el usuario, el dato y las nuevas narrativas.
En este sentido, los medios tradicionales pueden verse beneficiados
en cuanto que todo lo anterior lleva a un cambio de modelo de negocio
que pasa por la diversificación”.
El
caso es que algunas cabeceras, como PlayGround
o BuzzFeed España, ya
se está viendo sacudidas por estas circunstancias y anuncian cierres
o expedientes de regulación de empleo. Habrá que estar atentos: ya
aceptábamos lo del papel pero ahora también en el universo digital
es inquietante.
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