Señoras
y señores de TITSA, a ver: ¿de qué revolución están hablando?
¿Nos creemos esos registros de incremento de pasajeros desde la
implementación de la reordenación de líneas en la denominada Red
Norte? ¿Es posible que una de las dos líneas que cubren el trayecto
Puerto Cruz/Santa Cruz a primeras horas de la mañana se ahorre la
insufrible entrada por La Laguna, donde hay hasta cuatro paradas?
¿Saben ustedes que para recorrer apenas trescientos metros en el
acceso a la rotonda del Padre Anchieta se tardó ayer, en ese
trayecto, treinta y un minutos? ¿Conocen que muchos usuarios paran y
al subir preguntan al conductor si paran en el Hospital Universitario
o en la siguiente? ¿Es posible que el mencionado trayecto tarde casi
dos horas en cubrirse, o lo que es igual, en tiempos de Franco se
tardaba menos? ¿De verdad hay menos coches en la TF-5 después de
las medidas que han implantado, que tanto malestar han causado hasta
el punto de tener que revisarlas después de las quejas de usuarios y
las peticiones de los alcaldes?
No
se nota. Algo falla. Porque los atascos siguen siendo kilométricos y
las demoras son sensibles.
Y
miren que hay que alegrarse de esas estadísticas: casi un aumento
del 11 % de pasajeros en 2018, tres millones ochocientos veintitrés
mil en números redondos, esto es, un sensible incremento en las
líneas interurbanas. La Red Norte, en concreto, ha subido cincuenta
y dos mil pasajeros desde que pusieron en marcha la reordenación.
Pero, siempre según esas estadísticas de la propia compañía,
permitan que pongamos en duda este dato: el 91 % de los usuarios ha
mejorado el tiempo de viaje. Si el cálculo engloba todas las líneas
o se hace sumando parámetros a los que no accedemos, podrá
alcanzarse ese porcentaje. Pero quienes somos usuarios de la que une
el Puerto con la capital, al menos a esas horas tempranas, estamos en
condición de asegurar que no es así. O lo que es igual, nos colocan
en el 9 % restante, el que no ha visto reducido el tiempo de
desplazamiento.
Como
se deduce que querrán seguir mejorando y alardeando de cifras y
porcentajes, sigan reuniendo más informes, de los conductores y de
los usuarios, a ver si es posible palpar esos cambios tan favorables.
Si los objetivos siguen siendo lo mismos, es decir, evitar que haya
más coches en la autopista, con un conductor en solitario o dos
ocupantes, traten de facilitar que en determinadas líneas en
determinados horarios hay paradas que conviene racionalizar. Está
bien lo de la movilidad y el no dejar a nadie atrás o tirado, como
se suele decir, pero es mejor ser operativos mediante la difusión
adecuada de los servicios horarios y las prestaciones.
Ganamos
todos e igual los objetivos se pueden materializar.
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