Coincidiendo
con la festividad de la Constitución criticábamos el cierre por las
tardes de la biblioteca pública 'Tomás de Iriarte'. Poco después,
ya en enero, reincidíamos a la vista de la falta de soluciones.
“A
este cierre por las tardes -escribíamos- hay que añadir el de los
fines de semana. El acceso de la ciudadanía a prestaciones
importantes de educación, aprendizaje e información se ve
seriamente restringido. El gobierno local no solo tendría que dar
una explicación convincente sino afanarse en la búsqueda de
alternativas, haciendo el esfuerzo que sea preciso para aliviar estos
perjuicios o no dar lugar a ellos. Tiene que haber fórmulas, como
esas tan fáciles a las que se recurre, sin control y sin exigencias,
para cubrir plazas o necesidades en otros departamentos y en otras
instalaciones. Hay que explorar la vía de convenios con otras
entidades que no requieran de un gran desembolso para prever turnos
de vacaciones o bajas de trabajadores y propiciar oportunidades, a
sabiendas de que es una opción importante desde todos los puntos de
vista. A la espera de subsanar, vía Relación de Puestos de Trabajo
(RPT) y consignación presupuestaria, las deficiencias que se vengan
observando y que terminan mermando o colapsando un servicio público”.
Los
dos grupos de oposición de la corporación municipal expresaron su
contrariedad y su preocupación, una prueba flagrante de mala
gestión, exigiendo medidas efectivas y consecuentes.
Era
el lado amargo de esta realidad bibliotecaria portuense. Ahora se ha
conocido otro algo más almibarado y que pone en valor el trabajo de
los responsables. La biblioteca ha sido una de las galardonadas en el
decimonovena Campaña de Animación a la Lectura María Moliner 2018.
Hay que congratularse, naturalmente, pues salta a la vista el
esfuerzo con el libro y la lectura. El proyecto de Matilde Perera,
Ricardo Ritcher y Fernando Viale llevaba, además, un título
sugerente: “Amor entre renglones y pentagramas”.
La
convocatoria tenía como objetivo premiar a aquellas bibliotecas que
lleven a cabo un proyecto único que consigne las acciones de
animación a la lectura, la eficiencia y labor bibliotecaria, la
integración social en su comunidad, así como el uso de las nuevas
tecnologías. El jurado valoró, precisamente, la eficiencia en la
administración de los recursos de la biblioteca así como el
esfuerzo realizado en función de sus recursos disponibles, la
colaboración con centros educativos y otras entidades con los
diferentes agentes socioculturales del municipio, además del fomento
de la convivencia intercultural.
Entonces,
el premio ha servido para compensar los sufrimientos y los malos
tragos derivados de aquel cierre parcial vespertino. Y para demostrar
que cuando se pone empeño es posible sortear imponderables. Pero aún
así, hay que exigir, cuando menos, voluntad política para que no
produzcan situaciones como esa.
A
ver qué dicen los presupuestos.
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