viernes, 1 de febrero de 2019

COMPLEJO DOTACIONAL

El Consorcio Urbanístico para la Rehabilitación del Puerto de la Cruz ha licitado ya las obras de desmontaje del parque San Francisco, que cerró sus puertas hace unos años, por evidente obsolescencia de la que derivaron problemas de seguridad.Era inevitable. Quedó la ciudad privada del único recinto público que acogía espectáculos, recitales y algunas manifestaciones artísticas, lúdicas y recreativas. El presupuesto se eleva a doscientos noventa y siete mil quinientos euros, a los que hay que agregar ciento noventa y un mil quinientos ochenta y ocho con los que afrontar los acabados de la contigua casa Díaz Fragoso, cuya rehabilitación se inició hace algún tiempo. Ahora, teniendo en cuenta que forma parte del conjunto que en su día sustanció el proyecto resultante del concurso de ideas, hay que concluirla.
Fuentes del Consorcio han explicado que en el antiguo recinto y en el inmueble anexo, que durante años albergó unos pequeños calabozos, que las obras engloban un desmontaje manual y mecánico, conservando las fachadas de una manera provisional hasta una altura determinada que impida el acceso desde el exterior. En el anexo se mantendrá la fachada protegida y la sala para centro de transformación y construcción en la planta primera. Asimismo, salvarán el muro compartido con la Casa Díaz Fragoso. En realidad, se trataba de la primera fase de lo que ahora se denominará complejo dotacional cultural parque San Francisco que, en su día, tomó el nombre de una antigua ciudadela que devastó un pavoroso incendio a en los años sesenta y de la iglesia o ermita en honor a San Juan Bautista (primera construcción civil del municipio), que se salvó milagrosamente. Las mismas fuentes añadieron que, tras las obras de consolidación, se procederá a la ejecución de los revestimientos de suelos y paredes, la protección de la carpintería y solados, además de las tareas para mejorar las condiciones térmicas y acústicas y la instalaciones eléctrica y de fontanería. La ejecución de estas obras, agrupadas en torno al concepto desmontaje, tardarán unos cuatro meses, según prescribe el pliego de condiciones. Recordemos que fueron dos arquitectos madrileños, Simón Francés y Judith Sastre, quienes ganaron el concurso de ideas con una propuesta titulada Dunkel. Ya hemos dicho que el Consorcio ha puesto mucho empeño en esta actuación que convenimos en que resulta muy necesaria. La propuesta de los arquitectos ganadores consiste en hacer del parque un auditorio con un aforo aproximado de novecientas personas. Si el proyecto no ha sido modificado, aún quedaba espacio para otras salas de exposición, cafetería y dependencias complementarias. En noviembre de 2013, ya escribimos que la solución, a juicio del jurado, era la que mejor resolvía a la vez los aspectos funcionales y de integración con los valores urbanísticos e históricos del entorno. En aquellas fechas, apuntamos dos aspectos que imaginamos seguirán siendo válidos: uno, ver la manera de conservar -e integrar- una esquina, una parte, un trozo del memorable recinto, que sirva de perpetuo recuerdo, a imagen y semejanza de lo que ha ocurrido con espacios o estadios que dejaron paso a otras obras modernistas. Y el otro, estudiar a fondo la accesibilidad, agotando todas las opciones -se supone que ello encarecerá el definitivo proyecto de construcción-.
En fin, que se ha dado otro paso para materializar la disponibilidad de un dotacional que la ciudad anhela con razón para enriquecer su oferta cultural y su proyección. A ver si los pasos futuros no tardan mucho.

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