De Stefano Zamagni, economista y profesor de la Universidad de Bolonia (Italia): “El mundo sigue adelante porque hay muchas cosas buenas que compensan ampliamente lo feo que los medios de comunicación van contando”.
La frase, muy comentada en su día por colegas y estudiosos de los medios de comunicación, sirve para acercarnos al papel y la influencia de los medios en el convulso mundo de hoy. Porque la realidad es la que puede resumirse como lo hace la directora de mujeremprendedora.net, Anna Conte: “Nos desayunamos a diario noticias sobre corrupción, fraudes, traiciones, fracasos varios y perversiones de parte de la humanidad. Es innegable que cierto tipo de cobertura mediática, crítica y veraz, ha desencadenado revoluciones y ayudado a derrocar regímenes. Sin embargo, en lo que respecta a hoy, varios estudios sugieren que las noticias «negativamente polarizadas» llevan a los lectores a vivir una sensación de inseguridad y apatía y crean ansiedad y preocupación en lugar de estimularlos hacia actitudes responsables, que ayudarían a hacer de ellos ciudadanos globales, solidarios y correctamente informados”.
El pensamiento generalizado es que esas cosas buenas no venden. Y por tanto, no adquieren relieve periodístico. Se busca algo más morboso, más llamativo, aunque incurra en sensacionalismo, roce la falacia o deje la verdad a medias: esto contradice los principios del buen periodismo y de la información hecha desde el rigor ético.
Es entonces cuando cobra valor el periodismo constructivo, “una forma diferente y viable de hacer un buen periodismo sin renunciar a ser críticos frente a los problemas”, en palabras de Conte. Se trata no solo de un periodismo que dé cobertura a las «buenas noticias», ¡también!, sino más bien una nueva actitud proactiva en la forma de escribir artículos, ofreciendo matices, hechos y perspectivas más orientados a las soluciones.
De ese periodismo se ha hablado recientemente en la convocatoria de un webinar (un neologismo que combina las palabras ‘web’ y ‘seminario’ para referirse a cualquier contenido en versión video cuyo principal objetivo sea educativo y práctico), convocado por la Asociación de Medios de Información (AMI). Su director general, Ramón Alonso, afirmó que “estamos inmersos en un entorno novedoso y apasionante y tenemos la posibilidad de pensar y de crear un periodismo más atractivo para todos”. Es un acercamiento a ese periodismo constructivo, definido por el periodista, fundador y director del Instituto de Periodismo Constructivo, Alfredo Casares, como “una forma de mirar la realidad y de contar problemas sociales. Es un complemento al periodismo tradicional que hay que comenzar a hacer visible para poder tener una imagen más completa de la realidad”. Y ha continuado: “Es una forma de presentar problemas, pero también de sus posibles soluciones”.
También intervino en la convocatoria el catedrático de Periodismo en la Universidad de Navarra y vicedecano de Investigación de la Facultad de Comunicación, además de formar parte del directorio de Global Experts de Naciones Unidas, Ramón Salaverría. Explicó: “Este tipo de periodismo es una alternativa rentable para restablecer la confianza de los lectores. Hay que transformar la forma en la que miramos la realidad y ensalzar iniciativas y ejemplos que mejoren la vida de todos”.
Pero ¿cuál es la situación del periodismo constructivo en nuestro país? Debatir sobre esta modalidad equivale, en estos momentos, a aceptar que hay un entorno de polarización global y sobreabundancia, tanto informativa como desinformativa, bien es verdad que el fenómeno no es exclusivamente español. Algunos expertos han expuesto, en efecto, que ya hay países donde este tipo de periodismo está más consolidado, como es el caso de Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca o Italia, donde se ha demostrado que con la publicación de noticias positivas “también es posible atraer a los anunciantes”.
El director del Instituto, ya citado, Alfredo Casares, ha asegurado que los periodistas en España “están entrenados para ser críticos y es difícil combatir el dramatismo. El periodismo constructivo es un desafío narrativo que debe ser complementario al periodismo tradicional. Requiere fortalecer la confianza y hay que incorporarlo a la estrategia editorial porque el impacto social será enorme. En uno o dos años tendremos cambios relevantes”. Y ha defendido que “hay que hacer un cambio y un esfuerzo, creando espacios para conversar y reflexionar, porque está demostrado que este tipo de periodismo también genera una mayor conexión del periodista con su profesión y con su entorno”. Salaverría, por su parte, ha asegurado que, más que una alternativa, “el periodismo constructivo es un complemento. Es cubrir un hueco vacío con muchos beneficios sociales y también económicos”. Y lo ha defendido asegurando que “está comprobado que se comparten más noticias enfocadas a soluciones que solo las centradas en problemas”. También ha comentado que, en España, los medios están muy ideologizados, en especial los de carácter más nacional, y que el periodismo constructivo es una práctica más habitual en los periódicos regionales. “Este tipo de periodismo requiere una proximidad con la sociedad y es más fácil en entornos locales”.
A tener en cuenta, desde luego, porque si convenimos en que el periodismo debe ser parte del liderazgo social o un generador de espacios que acompañe a la sociedad en los delicados momentos que atraviesa y que no resultan ajenos al ámbito mediático, el afán constructivo y su traducción mediática es determinante.
1 comentario:
Verdad como puño, como se suele decir.
Este mundo necesita mas noticias positivas, que las hay y muchas.
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