Cincuenta y cinco víctimas mortales, seis mujeres más asesinadas
con respecto a los dos años anteriores, es el inquietante y reprobable balance
de 2023 que presenta la Delegación del Gobierno contra la violencia de género. De
estos 55 feminicidios producidos a manos de las parejas o exparejas de las
víctimas, tan solo 13 presentaron denuncia por maltrato. Uno de los datos más
relevantes de estos trágicos acontecimientos es que un
38 % de las víctimas tenía entre 31 y 40 años -21 mujeres-. En
cuanto a la procedencia de las víctimas, treinta y dos eran españolas y veintitrés
extranjeras, al igual que sus respectivos agresores.
Al repasar los registros desde 2003, en relación con los propios
anuales de víctimas por violencia de género, puede comprobarse que la cifra
anual más alta se dio en 2007, con 76 mujeres
víctimas de la lacra machista en nuestro país. A partir de
2010, el número global en cada año fue en descenso hasta el 2019, año en el que
el cómputo dejó de descender de los 50 casos, exceptuando el 2022 y 2021 con
49.
O sea, que este fenómeno vergonzante sigue su curso, no amaina; al
contrario, va extendiendo la lacra. La nueva responsable del Ministerio de
Igualdad, Ana Redondo, ha reclamado el aumento de la colaboración institucional para
remediar la dramática situación de cara al año recién estrenado. “Mientras
haya una sola víctima de violencia de género seguiremos luchando contra estas
vulneraciones flagrantes, salvajes, brutales de los derechos fundamentales de
las mujeres”, prometió la ministra en su última comparecencia ante los medios.
"Estamos hablando de la dignidad de la vida, estamos hablando
de torturas que probablemente muchas de ellas han sufrido durante meses,
durante años y hay que luchar por los derechos fundamentales de las
mujeres", añadió, exigiendo al tiempo “colaboración” como principal motivo
de la lucha contra la lacra machista: “Todos somos imprescindibles y ninguna institución puede mirar para otro lado y
es importante que estemos todos colaborando”, subrayó.
El feminismo sigue siendo un punto de encuentro contra la
violencia machista. Pese a la escisión que ha sufrido
el movimiento feminista en los últimos años ante desencuentros ideológicos, el
epicentro de la lucha permanece inamovible: erradicar la violencia contra las
mujeres. Recordemos que son dos las fechas del año en las que se pone de
relieve aún más que a diario esta reivindicación: el
8 de marzo, Día Internacional de la Mujer; y el 25 de noviembre, Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género.
Algunas asociaciones, pese a todo,
continúan en la lucha. “Mientras sigamos calladas, nos siguen matando, violando,
pegando. Queda mucho por hacer y muchas
leyes que construir”, advirtieron desde la Federación
Mujeres Jóvenes (FMJ). Y es que pusieron el acento en que la
movilización continua, para seguir incrementando los logros y avances
históricos, debe permanecer cueste lo que cueste para plantar cara a los
desafíos y combatir todas aquellas brechas que siguen mermando a las mujeres.
Las cifras de muertas de este año siguen siendo desgarradoras.
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