miércoles, 12 de junio de 2024

CARMELO PÉREZ ABREU, HECHO A SÍ MISMO

 

Falleció Carmelo Pérez Abreu, profesional del turismo, un hombre hecho a sí mismo que pasó por todos los grados de hostelería hasta ejercer altas responsabilidades empresariales en la cadena (grupo) Sol, una de las más importantes del país con sólida implantación en Canarias.

Carmelo tuvo siempre un peculiar sentido del cumplimiento del deber desde los tiempos en que se inició como botones de hotel, allá en el Puerto de la Cruz de los años sesenta del pasado siglo. Fue aprendiendo, sin alharacas, con pragmatismo, conoció el funcionamiento de los distintos departamentos que terminó coordinando y dirigiendo con suma maestría hasta llegar a la dirección, la que ejerció con mucha solvencia.  Carmelo era de los que se sabía todo en el universo hotelero y empresarial.

Su rica experiencia granjeó la confianza de uno de los más poderosos empresarios turísticos del país, Gabriel Escarrer, quien no dudó en encomendarle misiones que tenían mucho que ver con la adquisición y transmisión de propiedades inmobiliarias así como con las inversiones.

En ese capital acumulado de experiencia profesional, Pérez Abreu siempre conservó un bagaje especial: dotado como pocos para la negociación, estaba presente de forma activa en cualquier proceso, ya fuera un convenio laboral ya se tratara de precios de habitaciones ante la siguiente temporada turística o de una reserva masiva para determinado evento. Su visión le hizo ganar confianza y destreza, de modo que las comisiones o equipos negociadores de los que formó parte siempre tuvieron un referente solvente, capaz de atemperar los ánimos cuando las cosas se complicaban. Los turoperadores encontraron siempre un  aliado, una persona dispuesta a encontrar soluciones.

Hasta en Baleares conocieron de sus buenos oficios. Aquí, en nuestras islas, se desenvolvía con facilidad asombrosa. En el ámbito de la dirección empresarial siempre se valoró su capacidad de gestión, apta para plasmar sus criterios en proyectos e iniciativas. Pasaba temporadas en Fuerteventura y Lanzarote, también en Gran Canaria, La Gomera y La Palma. Allí visitaba e inspeccionaba los establecimientos de su cadena, siempre con una idea: que se supiera que estaba pero no se notara.

Tal es así que cuando llegó la jubilación, siguió traquinando, como si se resistiera a dejar de seguir promoviendo y gestionando. Quiso que le acompañáramos en algunas visitas y gestiones en distintos departamentos de la Administración. Ahí pudimos contrastar el sello de Carmelo, inconfundible, sereno y pausado ante un consejero, un alcalde y un dirigente técnico a los que hablaba con su estilo que,a veces, podía parecer poco ortodoxo, pero luego lo arreglaba no solo con su proverbial amabilidad sino con un déjame entrar muy persuasivo.

Pérez Abreu vivió desde dentro convocatorias de renombre internacional en el Puerto de la Cruz, su localidad natal, que contribuyó a proyectar, como la Muestra Internacional de la Canción del Atlántico o el Festival Internacional de Cine Ecológico y de la Naturaleza. Amigo respetuoso de César Manrique, de Pepe Segura, de Lorenzo Olarte y de Jerónimo Saavedra, lo fue también de Paco Afonso y Félix Real a los que resolvió papeletas de alojamiento en visitas de ‘vips’ o cuando se daban situaciones reales de ‘overbooking’.

Carmelo hizo sobre el terreno, en aviones y múltiples hoteles, la otra carrera turística, la que se aprende en foros con personas de toda condición, la que se contrasta en gestiones de todo tipo, hechas allí en promociones y ferias cuyas interioridades conocía tan bien, siempre huyendo de protagonismos.

Así era, sencillo y pragmático. Inolvidable.

 

1 comentario:

Graciliana Montelongo Amador dijo...

Un luchador. Un abrazo y gracias.