La
transmisión del encuentro de Liga entre la U.D. Las Palmas y el Real
Madrid nos devolvió, por unos momentos, a tiempos pasados de
ejercicio y seguimiento radiofónico. Entre ellos, la figura de
Segundo Almeida, un comunicador aventajado de la isla hermana,
especialista en el medio, con quien tuve el placer de colaborar en la
época que dirigía la programación deportiva de Radio Atlántico.
Tiempos ilusionantes,
laboriosos, meritorios: cuando se informaba desde una cabina
telefónica en la que había que introducir monedas, se apuraba la
información de resultados, de fútbol y baloncesto principalmente, y
se aguardaba hasta el final de las sesiones de entrenamiento para
conocer la lista de convocados o el parte de enfermería donde
estaban los lesionados.
“Todo Deporte”
se titulaba aquel programa que hacía furor en horas de sobremesa,
incluso entre la población juvenil que estudiaba en La Laguna. Una
audiencia sobresaliente, sin necesidad de EGM. La Unión Deportiva en
Primera división, gestando una leyenda que llegó a subcampeón de
Liga y años después un subcampeonato de Copa. Aquella alineación
memorizada de carrerilla, ya fuera con 1-3-2-5 o después con 4-2-4,
aquel conjunto con canarios de varias islas hasta que abrieron las
puertas a los extranjeros y a los oriundos y se incorporaron valores
que se ensamblaron perfectamente en la filosofía canterana.
Años de gloria del
fútbol amarillo, supremacía indiscutible en la geografía canaria,
imágenes en blanco y negro, también en color, para vivir jornadas
épicas, como alguna remontada en el desaparecido Estadio Insular,
las aportaciones a la selección española o aquel gol de Gilberto I
a Iríbar, en el último minuto en San Mamés para otorgarle al
granadillero Pedro Cano, treinta y dos millones de pesetas, el mayor
premio millonario hasta entonces de las quinielas.
En todo ese
proceso, y en los posteriores, donde hubo menos gloria y más sudor,
más lágrimas y más fiascos, estuvo Segundo Almeida, junto con
Antonio Lemus, Antonio Ayala y Pascual Calabuig, notarios del
esplendor amarillo y sus posteriores caídas y vaivenes, hasta que
llegaron las nuevas generaciones de periodistas deportivos. Segundo
aún braceó entre ellas.
Le podía la UD.
Como también la Unión Deportiva Lanzarote cuyos encuentros, en
Preferente o en el Grupo Canario de Tercera división, transmitía
para tener a toda una isla expectante y pendiente. Aún eran tiempos
de difícil comunicación, a veces aguardando hasta la llegada del
barco para ver si se jugaba o no.
Segundo,
entrevistado a principios del mes pasado en Canarias 7,
narraba o relataba como muy pocos. Era una narración descriptiva,
detallista, meticulosa. Tiraba de énfasis cuando había que hacerlo.
Situaba la acción constantemente para que el oyente supiera dónde y
cómo se estaba jugando. Era pasión ante el micrófono. Tanta, que
cosechó algunos disgustos con profesionales y amagos con su salud.
Implacable con los arbitrajes que interpretaba como perjudiciales y
con aquellos entrenadores de los que se distanciaba sin retorno y con
jugadores que convirtió, por diferentes razones, en innombrables y
solo citaba por su número o demarcación. Pero generoso siempre con
el esfuerzo colectivo y con el fútbol de quilates del que, como
canario, se enorgullecía. En esa entrevista, dice Almeida que no
reconoce a esta Unión Deportiva. Con más de mil trescientos
partidos con voz a menudo quebrada, añade que “este equipo no se
identifica con lo que ha sido en su historia”. Viendo el partido
del sábado, acierta plenamente.
Revela que ya no va
al Estadio de Gran Canaria. Atrás, en el Insular, tuvo que escuchar,
en medio de uno de aquellos vaivenes, el grito de “¡Segundo, vete
ya!”, cuando la relación con el club y con los aficionados se
tornó imposible e insufrible.
Dolido con los
actuales dirigentes, por su desatención, después de dos
intervenciones quirúrgicas, dice que ha descubierto las redes
sociales, especialmente desde el ángulo de la conectividad. Añora
alguna visita al Estadio, incluso cuando la tragedia se masque
inevitable.
Y es que, pase lo
que pase, siempre nos quedará Segundo.
1 comentario:
Buenos días García,como siempre está usted sobrado.
Un abrazo, buen artículo
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