Bueno, pues preparémonos para pagar por leer las ediciones
digitales. Se viene hablando de ello desde hace algún tiempo. De hecho, algunas
cabeceras ya han introducido la fórmula para determinados contenidos. Estos han
sido pasos valientes que han servido para ir engrasando la aplicación de uno de
los grandes desafíos que ha de afrontar el sector. Algunos, con pensamiento
comercial por encima de todo, habrán pensado que cuanto antes, mejor. Y se
lanzaron al universo digital con todas las consecuencias: los hábitos terminan
haciendo al monje, un decir.
Sería interesante conocer, en ese sentido, los resultados de
la experiencia que puso en marcha el grupo editorial Vocento, pionero desde luego en el desarrollo de contenidos
digitales de pago como acredita con algunas cabeceras regionales, El Correo, El Diario Montañés o El Diario
Vasco. Vocento, no se olvide, edita ABC
y ahora, entre sus planes estratégicos, se propone llevar a cabo esa política
en sus doce títulos repartidos en distintas autonomías.
Cierto que Vocento no
desvela qué va a hacer con su periódico principal pero se supone que, a la
vista de los antecedentes, actuará con coherencia. Prisa, editora de El País, se
muestra también muy partidario de abonar suscripciones e incrementar los
contenidos de pago de diferentes secciones en su versión digital.
El caso es que se espera una decisión casi definitiva para el
primer trimestre del próximo año. Además de ABC,
están El País, El Mundo y La
Vanguardia, los que aceptamos como diarios generalistas. ¿Podría ser un problema la campaña
electoral? Evidentemente, alguna impopularidad se barrunta cuando estemos en
pleno período de difusión de candidaturas, programas y actos electorales. Igual
aprovechan para experimentar algunas producciones especiales y hasta para
comprobar los réditos a partir de las reacciones de los consumidores de
información.
Todo da a entender que el gran momento se aproxima y más
temprano que tarde estaremos ante una de las grandes transformaciones en el
sector de la comunicación. Preparémonos porque cada vez estamos más cerca: no
sería de extrañar que las grandes empresas editoras negocien y se pongan de
acuerdo para “socializar” la medida. De hecho, a efectos de beneficios
comerciales, algunas ya han consensuado sinergias. Otra gran transformación,
por cierto, más vinculada desde luego al ámbito de la publicidad.
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