El Consejo de Gobierno del Cabildo Insular de Tenerife
aprobó en su sesión del pasado martes el proyecto para la construcción del
denominado Centro Insular de Natación de Tenerife, antigua y en desuso piscina
deportiva municipal del Puerto de la Cruz, ubicada junto al campo de fútbol El
Peñón.
La actuación comporta una inversión de 12,6 millones
de euros que serán sufragados íntegramente por la corporación insular con un
plazo de ejecución de cuarenta meses. El proyecto será sometido a información
pública durante veinte días y aunque los grupos políticos anden a estas alturas
muy ocupados con los preparativos de la próxima cita electoral, sería
interesante que examinaran las incidencias en el Plan General de Ordenación del
término municipal y otras normativas complementarias pues hay aspectos que
deben quedar meridianamente despejados al tratarse de una infraestructura
localizada en un espacio determinante de la ciudad del futuro, entre el futuro
parque marítimo y Playa Jardín. Igual -no lo sabemos aún- serán precisas
algunas alegaciones que también podrían formular los agentes sociales y hasta
los propios clubes deportivos. Cumplido el trámite de la información pública
las obras podrán ser licitadas.
La primera idea que albergamos al repasar la
información era que, al tratarse de una inversión íntegra del Cabildo, la
titularidad de la instalación pasaría a ser de la corporación insular. Según la
gerencia del Consorcio de Rehabilitación Urbanística, no será así dado que,
tras la cesión de uso para ejecución de obras de iniciativa y promoción pública
por parte del Ayuntamiento, las obras correrán por cuenta del Cabildo Insular.
El Ayuntamiento mantiene el régimen de propiedad o de concesión en caso de suelo
de dominio público de otra administración.
Esto significa, a primera vista, que el Cabildo se
muestra muy generoso con la operación. Veremos qué ocurre cuando finalice la
ejecución pero está previsto que la gestión de las instalaciones será
compartida, ajustada las condiciones de funcionamiento y modalidad de gestión
que concierten ambas instituciones. En ese contexto, se anticipa que el
mantenimiento será asumido por cada administración, según se establezca en el
convenio de colaboración para la puesta en funcionamiento, gestión y
conservación. En principio, según las fuentes consultadas, el carácter insular
del centro significará la asunción por el Cabildo de la mayor parte de los
gastos.
En este convenio resultará fundamental garantizar el
uso de las instalaciones por parte de los clubes con sede en el municipio y que
fueron usuarios de la anterior instalación.
Cuestión, pues, de empezar a tomarse en serio esta
actuación. El Puerto de la Cruz, que no anda sobrado precisamente de
infraestructuras deportivas, alberga una respetable tradición natatoria,
interrumpida en varias ocasiones, la última de las cuales coincide con las
averías que causaron el cese de actividades en la antigua piscina, donde el
Club Natación Martiánez hizo cuanto pudo, con mucho entusiasmo, para prolongar
esa tradición y consolidarse en lo más alto del waterpolo español.
Desde entonces, negros nubarrones, con algunas
frustraciones y anuncios incumplidos, por no consignar otras tribulaciones. Ahora
parece que clarea.
1 comentario:
A cuestas con el síndrome "Guggenheim". Que los demás tienen piscina municipal o complejos deportivos pues el Puerto tiene que tener un "Centro Insular de Natación de Tenerife". Veremos si no acaba siendo como el proyectado centro de lanzamientos en el Barranco San Felipe.
Un saludo
Ricardo Soriano
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