Una heroína es una mujer que lucha por lo que cree. Y esa creencia sustancia los avances de su vida y, a menudo, de la sociedad en la que se desenvuelve. En el conflicto de Afganistán, más concretamente en el drama de Kabul, allí donde los derechos de las mujeres se encuentran en una situación crítica, la figura de una periodista, Clarissa Ward, corresponsal americana de la cadena CNN, ha cobrado relevancia hasta casi convertirse en un símbolo de la resistencia, de la defensa de las libertades y de tales derechos.
Ward, que ya ha abandonado el país, junto a su equipo, hizo una amplia cobertura de los sucesos de los primeros días. Su imagen se hizo viral cuando se la pudo ver con un chador (pieza de tela semicircular abierta por delante que se coloca sobre la cabeza y que cubre todo el cuerpo solo a la cara) haciendo una conexión en directo. Ella misma explicó que antes de la llegada de los talibanes utilizaba un pañuelo en la cabeza que no le cubría el pelo completamente y ahora tenía que ir totalmente cubierta.
Su rostro cubierto con el chador ha sido testigo del drama que está ocurriendo en Afganistán. De hecho, la periodista ha tenido que enfrentarse a situaciones muy duras, jugándose la vida en Kabul. En los últimos vídeos, Ward explicó que los talibanes lanzan tiros al aire de forma constante y que les acosan por la calle. En un momento dado, mientras grababan uno de sus reportajes, la periodista y su equipo tuvieron que salir corriendo a cubrirse porque un talibán levantó el rifle delante de ellos como si fuera a empezar a disparar. Según cuenta, el peor momento para su equipo fue cuando dos talibanes se dirigieron a ellos con las pistolas en alto para darles con la culata y entonces otro talibán tuvo que intervenir para advertir que eran periodistas. En el propio video relata que aunque está acostumbrada a situaciones tensas de todo tipo, lo que ha tenido que vivir es extremadamente violento y caótico, imposible para una civil, dado el descontrol absoluto. “Es un milagro que no haya más gente seriamente herida”, llega a decir.
Clarissa no es la heroína de una película en la que se intercalan imágenes reales. Es una periodista de carne y hueso que se jugó la vida y que es un ejemplo para quienes amamos esta profesión. En primera línea, donde silban las balas y donde la sinrazón puede asestar un impacto definitivo. En las últimas horas, antes de abandonar el país, Ward vivió momentos delicados mientras intentaba informar de la situación en el país. De hecho, la periodista reflexionó en sus redes sociales sobre lo vivido en el aeropuerto de Kabul. "Fui testigo de varios momentos como este. Una mujer soldado que lleva a un niño afgano llorando. Un marine sosteniendo a un anciano mientras luchaba por caminar. Los militares atienden a un recién nacido deshidratado. Todos trabajan muy duro", reflexionó.
Nadie sabe lo que pasará en aquel lejano país. Pero sí nos quedamos con el ejemplo de valentía y compromiso que significa hacer llegar a las televisiones del mundo la señal de lo que ocurría en los orígenes de una nueva guerra. Se hablará de las situaciones descritas en el párrafo anterior y de otras intervenciones anteriores que obligaron a Clarissa a abandonar el escenario.
El escenario de una heroína en el que ha dado todo un ejemplo de entrega, de valentía y de pericia profesional. Nadie nos arrebatará el impacto emocional de muchas de sus imágenes.
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