La pandemia ha trastornado a unos cuantos que transmiten a la sociedad una sensación de mala educación y agresividad, hasta el punto no de arrinconar sino de hacer desaparecer la amabilidad como seña de identidad. Respuestas inapropiadas, gestos desafiantes, desplantes incontrolables, reacciones casi violentas o sin casi… Malcriadez en grado sumo, en definitiva.
Entre las víctimas, hay que consignar al jefe de Epidemiología del Servicio Canario de Salud y presidente de la Asociación Española de Vacunología, doctor Amós García Rojas quien, mientras paseaba con su esposa en la capital grancanaria, fue increpado por una pareja a los gritos de “el de las vacunas, vendido, sinvergüenza, asesino, hijo de p…”, según consignó en su cuenta de Twitter. Sobre la marcha, el doctor García Rojas replicó: “La violencia como argumento. Qué duro, triste y peligroso está siendo llevar ciencia a la inconsciencia”.
El especialista confesó haber sentido miedo de sufrir alguna agresión física. No es para menos. El pasado mes de junio tuvo que denunciar en sede policial haber recibido amenazas y descalificaciones en su propia red social. Ahora le han mostrado su afecto numerosas personas, artistas, colegas y políticos. Pero el sabor desagradable de los episodios no lo quita nadie.
¿Está cuajando el movimiento antivacunas? A saber. En países del entorno, va creciendo, desde luego. Su presencia en España, vestida también de negacionismo, está siendo minoritaria… pero, por escasa que sea, es preocupante. No se puede hacer frente a una pandemia de esta manera: con rechazo, insultos o amenazas a los hombres de ciencia. El doctor García Rojas ha sido de lo que ha insistido, desde la aparición de la variante Delta, en que es más necesario ampliar la protección de la población debido a su alta contagiosidad.
Pero Amós García Rojas, un viejo rockero, no se va a arrugar. Él seguirá contribuyendo a la causa, con su buena praxis, con su aportación científica, con su archidemostrado sentido de la responsabilidad. Aunque sea difícil y peligroso, sí señor, llevar ciencia a los solares de la inconsciencia, atinada frase que resume atinadamente los medios y el ambiente en que nos desenvolvemos. Hay quienes creen que con esa valentía de descalificar y amenazar en las vías públicas y en las redes, ya han logrado mitigar contagios y clarificar la pandemia. No, lo que han conseguido es poner de relieve que han escogido el camino equivocado. Siguen siendo inconscientes. Más ciencia, pues. Hasta que aprendan el catecismo.
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