miércoles, 18 de agosto de 2021

DESDE HERAT CON DESESPERO

 

a tragedia de Afganistán se ceba con las mujeres. Ya circulan testimonios dramáticos de lo que significa para ellas el retorno del talibán que, en realidad, por lo que se va sabiendo, nunca se fue del todo. Hasta el correo personal llegó este mensaje, que lo dice todo:

Somos un grupo de mujeres que escribimos desde Herat, una ciudad que para nosotros, será nuestra cárcel. Los talibanes controlan nuestra provincia, han cerrado la frontera con Irán y no podemos escapar ni por tierra ni por aire.

En las zonas ya definitivamente controladas por los talibán han cerrado ciento setenta y seis escuelas. Se ha prohibido el acceso de las niñas a la educación, y muchas de ellas son casadas a la fuerza a partir de los quince años. Se reparten mujeres como botín de guerra, las violan y las azotan en público por sorprenderlas sin burka. Mientras, los niños son reclutados a la fuerza como soldados. Por eso, antes de que se apaguen nuestras voces y desaparezcan nuestros rostros, queremos enviar estos mensajes, ocultando nuestros verdaderos nombres, para intentar no desaparecer definitivamente en el olvido.

Creemos que la comunidad internacional, los países que respetan los derechos de las mujeres, deberían pensar un poco en los talibán y no permitir que tomen el poder en Afganistán conviertan a dieciséis millones de mujeres y niñas en sus esclavas. La comunidad internacional no debería dejarnos totalmente abandonadas.

El mundo debería saber que las mujeres afganas jamás hemos sido responsables de ninguna guerra, sino siempre sus víctimas, y las víctimas de todos los conflictos y todas las formas de violencia ejercidas por los hombres.

Nosotras somos Sara, Amina, Roya, Marjan, Elham, Tamana, Begum, Sajar, Safía, Hava, Angela, Khatera y Fátima.

Herat, Afganistán, agosto 2021".

Es el lamento desesperado de mujeres que creen haberlo perdido todo. Es el dolor de quienes saben que su mensaje apenas será tenido en cuenta. Las mujeres de Herat, de todo Afganistán, víctimas de la involución fundamentalista, sufren sin amparo,  con escaso o nulo socorro. La vida se les va, en silencio, en la oscuridad, en la irracionalidad. ¿Qué podemos decir en este siglo de incomprensiones y conflictos?  


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