En Francia llevan algún tiempo intentando transparentar la vida interna de los periódicos y de las empresas editoras. Es un asunto complicado, principalmente en lo que concierne a las ayudas que tales empresas puedan recibir desde los poderes públicos. En España, el debate se vuelve áspero, antipático. Primero, porque es un lugar común no solo en conversaciones de bodegón y más o menos desenfadadas; sino porque se recurre al argumento (en sus distintas versiones)para liquidar posiciones antagónicas en cualquier discusión que se precie, a partir de que ciertas lineas editoriales, poco menos, obedecen a inyecciones económico-financieras administradas a las empresas que zozobran y no no pueden abonar la nómina del mes que entra. Los amigos del refranero dirían que por dinero baila el perro.
En el país galo, como decimos, se airea el debate. En efecto, el presidente del Fondo por una Prensa Libre (FLP), y cofundador de Mediapart, François Bonnet, redactor que fuera de los prestigiosos ‘Liberation’ y ‘Le Monde’, ha reclamado ante el Senado francés que los medios de comunicación tengan la obligación de publicar la lista de miembros de su accionariado, tanto el directo como el indirecto. Según el periodista, «necesitamos transparencia en el sector de los medios y revisar el sistema de ayudas públicas a la prensa para recuperar la confianza de los ciudadanos».
El Fondo por una Prensa Libre es una organización fundada en 2019 –aún desconocíamos el alcance de la emergencia sanitaria- con el fin de apoyar el pluralismo y la independencia del periodismo. Pero “tiene que haber una transparencia que, hoy, por hoy, no se respeta por parte de los medios”, según valora Bonnet. En España estamos muy lejos siquiera de intentar establecer unas elementales reglas del debate. Y la creencia está muy extendida: las empresas no están por la labor. Pero ahora que muchas de ellas están en plena fase de cambio de modelo de negocio, deberían hacer un esfuerzo para intentar dar pasos en la dirección apuntada.
El presidente del FLP considera que “varias medidas muy sencillas permitirían reconstruir el vínculo con los lectores», al informarles sobre «quién es quién y quién hace qué”. No se arruga cuando se le pregunta por tales medidas: sus criterio es que “resulta necesario publicar la lista de accionistas directos e indirectos de los medios de comunicación, así como los pactos a los que pudieran llegar los accionistas”. Bonnet, incluso, defenderá en el Senado que las cuentas de los medios de comunicación sean publicadas, una práctica que no es habitual, pese a ser una obligación legal que no se respeta en absoluto. Quiere el periodista, promotor de esta iniciativa, que la publicación de las cuentas sea “título por título” y no solo el de las cuentas consolidadas.
Pero, en el fondo, el gran objetivo es conocer al detalle las ayudas públicas que recibe cada medio. Es el meollo de la cuestión para intentar esclarecer la marcha de las empresas que las necesitan para subsistir. Que se conozcan las cuantías de ayudas y subvenciones por órganos gubernamentales, sociedades participadas por la Administración, departamentos y corporaciones locales.
El periodista es concluyente al señalar que “realmente tenemos que dejar de modificar el sistema de ayudas públicas a la prensa: tenemos que derribarlo, ponerlo de nuevo en pie y, en la asignación de estas ayudas, tenemos que introducir un criterio que es el de la independencia de los medios”.
1 comentario:
Los conflictos de intereses imperan. Una prensa libre es más garantía de de democracia que un parlamento (y si es con listas cerradas y la actual ley electoral primando la provincia, aún MÁS)
Rafael estartús
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