Cuatro recomendaciones hace el veterano periodista alemán Marc Rath, actual director del ‘Mitteldeutsche Zeitung’ en Halle (Renania Westfalia-Alemania), para hacer más resistente el periodismo local.
-Estar en la calle tan a menudo como sea posible.
Los directores que conocimos y bajo cuyas órdenes nos movimos durante años insistían: es en la calle donde hay que buscar temas que son noticia. Bien procesados y bien enfocados, la fuente natural de un género básico del periodismo, el reportaje. Claro que las actuales circunstancias han propiciado la vía contraria, esto es, quedarse en casa, trabajar desde ella, el teletrabajo, en una palabra.
Según Rath, si el coronavirus ha traído algo positivo, es que los procesos de planificación más eficientes y mejores «son parte de la vida cotidiana en casi todas partes hoy en día. Esto también da tiempo para la investigación y para salir a la calle. Ahora no debe haber una vuelta a los viejos tiempos».
Sin embargo, el veterano director advierte que algunos periodistas se confunden con respecto a lo que es estar en la calle: “Quien confunda pisar la calle y recorrer los pueblos con las rondas de café con los jefes locales también puede ahorrar combustible y esfuerzo”. Rath completa su atinada descripción de la siguiente manera: “En algunas redacciones, hay un encarcelamiento autoelegido en un triángulo marcado por el periodismo de citas, los correos electrónicos y las normativas diarias. Pero las mejores historias se encuentran en la calle. Y no siempre tienen que ser grandes. Tienes que salir a la calle para encontrarlos”. O sea, el periodismo clásico. Hagámosle caso.
-Dar información completa «para jóvenes de 16 a 96 años».
Está claro que hoy en día hay una gran oportunidad de llegar a un amplísimo segmento de población por medio de múltiples canales. “Pero no con el mismo contenido”, advierte el periodista germano. “E incluso con los mismos temas –sigue explicando- es importante prepararlos desde y para diferentes perspectivas de una manera que sea apropiada para el grupo objetivo. Si, por ejemplo, el cálculo de las tarifas de las guarderías en un distrito cambia de tasas fijas a un cálculo relacionado con los ingresos, a los padres, en su mayoría jóvenes, les gustaría saber exactamente qué significa eso para ellos”. Y aclara: “Es posible que las personas mayores no quieran saber eso exactamente. Pero quieren entender lo que está sucediendo y lo que eso significa. Por otro lado, a menudo informamos con un enfoque en las consecuencias para las arcas de la ciudad. Esto es, también, importante, pero ignora las necesidades de aquellos para quienes realmente escribimos”.
-No dejar el campo solo a Facebook y otras redes sociales.
Marc Rath es partidario de tener trabajadores con contratos fijos pues viven el área de su municipio “y conocen casi cada piedra que hay allí, de modo que llenan la mitad de una página completa cada día”. De ahí esta recomendación: “Los editores deberían ofrecer plataformas locales de participación e intercambio y no dejar este campo solo a Facebook y otras plataformas”.
-Estudiar periodismo no es obligatorio.
Una última recomendación es discutible. Los cambios aludidos “no se detienen en nuestro perfil de trabajo. Necesitamos ser más diversos. Y no solo culturalmente. Ya hay diferentes conocimientos especiales. No todos los reporteros tienen que hacer investigaciones. Lo que necesitamos son colegas que no solo amen el país, sino que también lo vivan. Puedes estudiar periodismo, pero no es obligatorio, explica Rath.
La pregunta es si realmente se necesita un título universitario. El periodista también lo cuestiona para refrescar un debate que parecía cerrado. «El oficio del periodismo también puede ser aprendido por aquellos que han completado un aprendizaje y están en la mitad de la vida –considera el director del ‘Mitteldeutsche Zeitung’-, que añade: “Especialmente en el área local, este último puede encontrar una conexión mucho mejor con la gente y sus temas. Yo mismo he tenido grandes experiencias con colegas que “solo” comenzaron con un diploma de escuela secundaria. Al igual que con un cocinero o un trabajador social que cambia de bando. Estas son excepciones en la vida cotidiana pero deberían existir”.
En definitiva, una manera de interpretar los valores de lo que conocemos como periodismo local que sigue ayudando a muchos ciudadanos a orientarse y a salir de las dudas que inspira una pandemia o una catástrofe natural. La información de proximidad ha cumplido, ciertamente, uno de sus objetivos fundamentales, además de informar, ser útil en el día a día de la ciudadanía y de los consumidores de información.
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