domingo, 1 de septiembre de 2024

Aquel deportista obeso

 

Intuímos que Javier Gómez Navarro era una buena persona, humilde y nada soberbio, cuando no replicó aquel reproche que, en directo y sin anestesia, le dirigimos presentando una de aquellas inolvidables galas del deporte que realizaba la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife (APDT) en el antiguo Casino Taoro del Puerto de la Cruz. El acto de inició con retraso por su llegada tardía. Ni siquiera al término de la misma, ya en conversación distendida, con más compañeros y otras autoridades.

Gómez Navarro fue invitado como secretario de Estado para el Deporte, fallecido el pasado jueves a los 78 años. Después tuvimos oportunidad de recordar el trance cuando coincidimos, ya en otros menesteres, en una convocatoria de FITUR. Fue ministro con Felipe González y desempeñó una labor clave para el deporte español, tras asumir la dirección y responsabilidad de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Asimismo, destacó por su labor para impulsar la Ley del Deporte de 1990 que significó la conversión de los clubes de fútbol y baloncesto en sociedades anónimas.

Gómez Navarro, nacido el 13 de septiembre de 1945 en Madrid, fue nombrado por Felipe González secretario de Estado para el Deporte en 1987 y desde ese momento asumió la responsabilidad en la parte del Gobierno de la organización de los Juegos de Barcelona. Con él al frente de la secretaría de Estado para el Deporte, también se crearon la Comisión Nacional contra la Violencia en el Deporte y la Comisión Nacional Antidopaje.

Más tarde, entre 1993 y 1996 fue nombrado ministro de Comercio y Turismo durante el último mandato de Felipe González en La Moncloa. Al frente de esta cartera, Gómez Navarro propulsó una renovación profunda de la administración turística y comercial.

Gómez Navarro tuvo un importante papel fuera de la política, tanto antes de adentrarse en ella como después. Antes de su salto a la vida pública, fue uno de los impulsores y codirector de la Feria Internacional del Turismo (FITUR) y fundó el llamado Club de Empresarios, del que fue su primer presidente.

De formación ingeniero, su trayectoria profesional se dedicó principalmente en el sector del turismo. Fue presidente y director general de Marsans, empresa multinacional española del sector turístico, a la que había pertenecido el inolvidable alcalde portuense y gobernador civil de Tenerife, Francisco Afonso. liderando su privatización.

En 1996, ya fuera de la política, retomó su actividad como empresario y en 2005 fue nombrado presidente de las Cámaras de Turismo, Industria y Navegación de España, labor que desempeñó hasta 2010.

Asimismo, fue presidente de Aldeasa, empresa ya escindida que era una de las principales operadoras del sector de venta al por menor en aeropuertos a nivel mundial (duty free) y fue miembro de los consejos de administración de Altadis, Securitas, Técnicas Reunidas o Sogecable, entre otras.

Además, fue presidente de la Junta Directiva de la Sociedad Geográfica Española y de la Junta Directiva de la Real Sociedad Geográfica, así como patrono de la Fundación del Teatro Real de Madrid.

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