No tener las playas canarias por un vertedero cualquiera. Las noticias sobre el cierre, total o parcial, de las mismas, son desoladoras. Y es la acción del humano -déficit o mal funcionamiento infraestructural aparte- la que genera ese progresivo desastre que está ante nuestros cuerpos y ante nuestras narices. Las playas es un don de la naturaleza, un bien preciado que, sencillamente, no sabemos cuidar. Al paso que vamos, por muy inmenso que sea el mar, nos quedamos sin él. Luego, dentro de nada, no se podrá hablar siquiera de turismo de sol y playa. Vaya rumbo.
domingo, 8 de septiembre de 2024
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