Las
mismas carreteras para un parque automovilístico que no para de
crecer. Así lo hemos escrito cada vez que nos referimos a la
situación del transporte terrestre en las islas, y en Tenerife,
particularmente. La deducción es sencilla: las vías no absorben con
la fluidez necesaria el incesante tráfico rodado. Con razón, pues,
retenciones y atascos cualquier día -exceptuemos, claro, los del fin
de semana- y a cualquier hora.
Izquierda
Unida Canaria (IUC) ha hecho público un informe en el que se
corrobora, con datos, estas impresiones labradas al cabo de muchos
años de tránsito viario, muchos de ellos utilizando el transporte
público. El coordinador general de esa organización ha sido rotundo
a la hora de exponer las conclusiones: la Comunidad Autónoma
registra una media de ochocientos veintiún vehículos por cada mil
habitantes. Eso significa que si el archipiélago canario fuese un
país, su territorio sería el sexto del mundo con más vehículos en
relación a su población.
La
Guardia Civil de Tráfico ya ha hecho sonar el timbre de alarma.
Recordemos, en efecto, que el pasado mes de febrero dio a conocer un
informe en el que relataba cómo se notaba la recuperación económica
en la circulación de muchos vehículos más por las carreteras
tinerfeñas. En esa fecha, el cuerpo ofrecía sus propias cifras: en
la isla, setecientos setenta y seis vehículos para un millón cuatro
mil habitantes. Entonces, responsables de la Guardia Civil hablaron
de auténtica “barbaridad” al cotejar esos registros. Tenerife es
el segundo territorio nacional, tras Pontevedra, en número de coches
por kilómetro de carreteras; el tercero, tras Madrid y Barcelona, en
cifras de guaguas; y el cuarto en vehículos pesados. Estos datos
indican que la isla tiene una densidad de vehículos 3,5 veces
superior a la media española.
Las
apreciaciones de IUC van más allá de pensar solo en la carga sobre
el territorio, a partir de estas cantidades. Por ejemplo, calculan
que las islas podrían tener doscientos cincuenta y dos mil vehículos
menos si estuvieran en la medida estatal, “pero ello obligaría a
un desarrollo sustancial del transporte público colectivo, que no
está previsto”, según indicó el coordinador general de la
organización en Canarias, Ramón Trujillo. Añadió, en ese sentido,
que “las islas profundizan en un modelo de movilidad insostenible”.
En
efecto, el hecho de que entre 2014 y 2017 el parque automovilístico
haya crecido en la Comunidad Autónoma a una media del 3 %, en tanto
que se ha constatado un descenso del transporte público y un aumento
de coches por mil habitantes, pone de relieve que, en materia de
movilidad, va predominando la insostenibilidad. Las nuevas
infraestructuras y otras actuaciones de equipamientos,
independientemente del alto coste y de los largos plazos de
ejecución, no significan soluciones a los problemas consustanciales
a los hábitos de vida.
El
horizonte es bastante oscuro, según Trujillo. “Hay que cambiar las
políticas de movilidad; pero no se aprecia voluntad”, afirmó. Y
se basa en datos comparativos: “Las islas contarían con
cuatrocientos ochenta y nueve mil trescientos vehículos menos si
estuvieran en la ratio de Dinamarca, un país con políticas de
movilidad más sostenible y con más renta por habitante”,
concluyó.
2 comentarios:
Mientras para llamar la atención acudimos a cifras insulares -número de vehículos, densidad de tráfico, etc- las medidas que se toman siguen siendo localistas o a lo sumo comarcales y siempre consumiendo lo que no tenemos: territorio. No salimos de añadir más carriles o diseñar trenes.
Es necesaria una visión de la isla como un conjunto, como una gran metrópoli a la hora de planificar el territorio. Más transporte público, con más ventajas sobre el uso del coche particular bien sea penalizando su uso o mediante carriles propios, y por último una buena dosis de pedagogía. El panorama que se puede observar desde cualquier guagua es muy llamativo: en la mayoría de los casos se cumple la proporción de un coche una persona y eso no hay territorio insular que lo aguante.
Un saludo
García, es verdad que las vias son solo dos y en malas condiciones, pero el motivo principal es la dificultad del ingreso en la autovía y las salidas de la misma, haciendo hincapié en Tacoronte, La Laguna,y Santa Cruz. Estas ciudades son incapaces de absorber con cierta facilidad el tráfico, y por ello se produce parte del colap`sp de la autovia TF-5. Es muy complicado dar una solución al asunto que no sea el empleo de la inteligencia, ya que, implementar una tercera via sería un gasto enorme además de unas molestias importantes. Se debería hacer un estudio concienzudo para mejor aprovechamiento de la estructura actual. Si es necesario se deberián aprobar un horario de uso, sobre todo para camiones, asi como las mejoras en los accesos y salidas con problemas manifiestos. Al principio puede que cueste un poco adaptarse, pero a medio plazo es una buena solución, y además barata. Todo dependerá de la voluntad politica y del citado estudio.
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