La
responsable de Inteligencia de Mercado y Competitividad de la
Organización Mundial de Turismo (OMT), Sandra Carvao, ha emitido un
diagnóstico contundente después de la quiebra del turoperador
británico Thomas Cook: hay que reformular el “paquete turístico”
convencional, con el que se ha venido trabajando hasta ahora, esto
es, reserva, plaza de avión y alojamiento.
El
debate ya está abierto, con una premisa en la que coinciden los
profesionales: la firma británica no se adaptó a los nuevos
tiempos. Luego, procede un replanteamiento del concepto, una vez
confirmada la liquidación del modelo offline.
Carvao
cree que los potenciales viajeros buscan un servicio pero ya no como
antes pues “hay determinados destinos donde el paquete seguirá
teniendo mucha fuerza, pero hay que reinventar qué paquete
turístico”.
Claro
que ese debate se prevé largo y denso. La propia ejecutiva de la OMT
pide calma y prudencia desde el momento que reconoce la necesidad de
palpar las reacciones del mercado y cómo se configura la nueva
modalidad de comercialización a la hora de viajar. La Organización
está haciendo un seguimiento para pulsar las alternativas. Habrá
que estar atentos pues la compañía alemana TUI habla de reemplazar algunos destinos.
El
turismo, dada su importancia en el Producto Interior Bruto (PIB) de
muchos países, entre ellos España, no puede quedar supeditado a la
inestabilidad. Aunque el impacto de la quiebra ha sido, en términos
generales, llevadero, no es menos cierto que muchas pequeñas y
medianas empresas y numerosos trabajadores se han visto afectados.
El cierre de Thomas Cook significó que, tan solo en España,
engrosaran las listas del paro unas dos mil quinientas personas, pero
su incidencia puede alcanzar el diez por ciento del empleo en el
sector en las zonas más afectadas como son Canarias y Baleares.
En
ese debate tendrá preponderancia la transformación digital, cargada
de desafíos que no se superan, precisamente, con medias tintas, sino
asumiendo las soluciones para que los turistas se desplacen con
garantías y con el máximo de facilidades posible. Sandra Carvao, en
ese sentido, se ha mostrado partidaria de políticas turísticas
nacionales transversales para fortalecer el empleo.
Y
es que la OMT, consciente de que estamos en un momento delicado, ya
ha promovido, junto a la escuela de negocios española IE Business, una
iniciativa de ofrecer formación en todo el mundo. Y es que se
avecina la automatización de las tareas. Sandra Carvao reconoce que
con la digitalización se va a perder empleo y varias funciones serán
sustituidas, “pero van a surgir otras, de redes sociales, análisis
de datos, o empleos que están conectados con el aspecto social como
la accesibilidad, el desarrollo sostenible o el medio ambiente”.
Claro
que para estimular y atraer los nuevos perfiles de trabajadores, el
sector turístico tendrá que cambiar sustantivamente pues en muchos
lugares aún es percibido como de salarios bajos y horarios
complicados.
Ojalá
se cumpliera el dicho: no hay mal que por bien no venga. Los nuevos
tiempos implican exigencias y hay que afrontarlas.
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