Fuimos
discretos testigos, hace años, de las dificultades que tuvo una
empresa para gestionar sus finanzas porque quienes habían accedido
al poder político discrepaban abiertamente de una línea editorial y
terminaron pidiendo la cabeza de su responsable, hecho que, por
fortuna, no se consumó, aunque, naturalmente, quedó marcado. ¡Ay,
el mensajero! La empresa resistió y los equilibrios se
reestablecieron pero las cartas ya estaban marcadas.
Hay
quienes entienden así la política, mejor dicho, el ejercicio del
poder cuando lo ostentan. Asfixiar, bloquear, estrangular... Algunas
normas han impedido la exclusión de inserciones publicitarias de
campañas, pero aún así, siempre encuentran camino quienes se
empeñan en hacer bueno el dicho: al enemigo (al que han elegido
unilateralmente) ni agua.
El
caso más reciente es el del mismísimo Donald Trump, presidente de
los Estados Unidos. Ha dado indicaciones a su departameto
correspondiente para cancelar las suscripciones de la Casa Blanca con
los diarios The
New York Times y
The
Washington Post.Dicen,
desde el núcleo de decisiones, que es una cuestión de ahorro,
cientos de miles de dólares, “un ahorro sustancial para los
contribuyentes”, según definiera la jefa de prensa del presidente,
Stphanie Grisham.
Trump
atribuye a los dos prestigiosos rotativos la difusión de noticias
falsas. Esa es la razón de la anulación de las suscripciones cuyo
detalle aún no ha trascendido. “Son falsos”, fue el insistente
mensaje presidencial. Sentado el precedente, que tiene mucho de
intimidación, es probable que similar medida afecte a otros medios.
Y es que Trump prosigue su cruzada particular contra toda
manifestación periodística que no sea de su agrado. En su cuenta
personal de
Twitter, una
red social, su arma preferida, escribió que una historia publicada
por el
Times era
“un virtual acto de traición”. El propietario del periódico
neoyorquino replicó con un artículo de opinión aparecido en The
Wall Streeet Journal en
el que afirmaba que “el nuevo ataque cruzaba una línea muy
peligrosa dentro de la campaña del presidente contra la prensa libre
e independiente”.
Seguro
que no habrá agradado al presidente norteamericano la respuesta, de
ahí que ordenase la cancelación de las suscripciones. Que eso
ocurra en la democracia del país más poderoso en pleno siglo XXI,
nos da idea de cómo se maneja el hombre y lo que le importa la
propia democracia, por no decir sus valores. Y encima, dicen que
vuelve a ganar.
1 comentario:
Llevamos tiempo haciendo experimentos, los que votamos, que en definitiva somos los que ahí les ponemos, tenemos un punto de responsabilidad, una vez elegidos...ya no hay remedio, tienen las herramientas del poder, poderosas, y expulsarlos de ahí, es muy, muy difícil...sí existen déficits democráticos, sí hay deterioro en el sistema, no miremos a quien pusimos mediante el voto, mirémonos nosotros, que somos sus patrones...y obremos en consecuencia.
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