Con
algo de retraso, pero al final ha cumplido el Gobierno con aquella iniciativa
de crear uno bono cultural para jóvenes. Estará disponible a partir del próximo
lunes. Su dotación es de cuatrocientos euros. Los poseedores, entre los que
figuran quienes cumplan dieciocho años este 2022, dispondrán, según el ministro
de Cultura, Miquel Iceta, de una amplia
oferta cultural de servicios y productos.
El
bono cultural es una especie de ‘tarjeta monedero’ en la que los jóvenes, a lo
largo de un año, podrán destinar 400 euros a actividades y productos
culturales. En esos cuatrocientos euros hay tres segmentos: uno de 200 euros, de cultura en
vivo; 100 euros de consumo cultural
físico libros; y 100 euros para el consumo de productos digitales.
Hay más: todos los museos estatales se han adherido al bono cultural, con el
que se pretende despertar “sed de cultura” y que los jóvenes no se desenganchen
de ella. Desde que se publicó el Real Decreto que regula el bono
cultural joven, el ministerio de Cultura y Deporte ha ido avanzando en las
necesidades técnicas para implantarlo. Así, el pasado mes de junio, resolvió un
trámite imprescindible para la implementación del programa y seleccionó a Correos
y Telégrafos como entidad financiera del bono cultural joven. En efecto, con
capacidad para estar presente en todo el territorio, lo cual facilitará su
implantación, Correos y Telégrafos se encargará de la facilitación y gestión de
los medios de pago del programa de ayudas del bono cultural joven 2022. Este
bono, por otro lado, incluirá a los sectores culturales más tradicionales,
entre los que se encuentran el libro, el cine, las artes escénicas,la música,
los espectáculos en vivo, las plataformas online y la suscripción a diarios y revistas, entre
otros.
Lo
importante es que la medida surta efectos palpables y positivos. Si siempre se
ha dicho que es decisivo estimular el quehacer de los jóvenes, facilitar la
provisión de los bienes de consumo y propiciar la accesibilidad a
acontecimientos que sean de su interés, para motivarles y lograr que puedan
disfrutar o ser partícipes de hechos atrayentes, específicamente concebidos
para ellos, en un contexto de formación, aprendizaje y disfrute que les ha de
resultar provechoso, las opciones y programaciones consignadas deben ser
determinantes como alternativas y alicientes. Confiemos en los resultados. De
ellos dependerán, en nuestra opinión, no solo los avances sino la respuestas
para cambiar hábitos y para contribuir a que los jóvenes convivan más motivados
y mejor preparados.
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