Dijo la escritora tinerfeña Saray Encinoso que estamos ante un novela que engancha. Es la primera de la también tinerfeña Eva Cruz, ‘Veinte años de Sol’ (Alianza de Novela), presentada en la noche del viernes en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), con sede en el Puerto de la Cruz. Tal engancha que, de entrada, sugiere preguntas tales como ¿quién controla nuestros recuerdos? o ¿de qué nos salva aquello que olvidamos? Y Nicolás Rodríguez, quien dio la bienvenida en nombre de la entidad, la calificó de “novela luminosa”, en medio de un ambiente de actualidad.
Después, la autora desvelaría que la
pandemia estaba sucediendo mientras la escribía. “Una historia concentrada en
unos pocos personajes, en la que hubo una sensación de vida suspendida”, dijo
Eva Cruz, doctorada en filología inglesa, profesora de inglés y de literatura
en la Universidad de Alcalá, periodista, guionista de televisión y radio. Ha
traducido una veintena de libros.
Cruz leyó un capítulo, un fragmento de su
obra en el que desnuda uno de los asuntos que aborda, las relaciones
interpersonales y sus derivadas, entre ellas la forma de divertirse, salir de
fiesta como praxis del ocio. Y es que “la novela es muy doméstica”, en palabras
de su autora. Cuando Saray hurgó e indagó para apercibirse del momento en que
tenía ante sí la novela, “sin tenerlo
claro, porque iba dando saltos”, supo que iba a terminar “cuando llevaba
setenta folios”, la longitud suficiente para ser consciente de que “quería una
historia inventada, en la que deseaba empatizar con todos los personajes”, a
los que dotó ironía en justas dosis para reírse de sí mismos.
Ahí surgen las amigas que querían
olvidarse. Y en seguida, los recuerdos que son facilísimos de manejar. Es
cuando la autora se cuestiona ¿quién controla nuestros recuerdo?, atreviéndose
con el implante cerebral, con la neurociencia en unos momentos de intensa
búsqueda y experimentación. Hasta llegar a la desigualdad, otro de los temas
que trata Eva Cruz en su texto, escrito a saltos, preguntándose hasta qué punto
definen lo que somos nuestros amores, nuestras memorias o nuestras lealtades.
La novela, en fin, reflexiona sobre la
memoria y la cuestiona, revela Cruz, satisfecha con los resultados
caleidoscópicos que ha ido cosechando. Por eso, anunció con indisimulada
ilusión la idea de convertir la obra en una serie televisiva. “Estamos en esa
fase de preparación que requiere mucha dedicación hasta lograr el ensamblaje de
todas los requisitos de una serie”, diría Eva Cruz, que está contenta con la
crítica que viene recibiendo ‘Veinte años de Sol’. Ubicada, como apuntó Saray
Encinoso, en el campo de la literatura antinostálgica, seguirá nutriéndose de
su desempeño radiofónico, que la ha hecho muy sintética, para ir pensando en
una nueva novela que “quiero escribir sin que se parezca en nada a lo que he
hecho”.
Ponerse e intentarlo, hasta coger el
ritmo y secuenciarlo. No le faltarán imaginación ni ideas, después de haber
acreditado en su primera novela una prosa de calidad. Adelante!
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