Un tropezón cualquiera da en la vida, vale. Un error lo cometemos todos, de acuerdo. Pero cuando se incurre en la contumacia parlamentaria, hay que hacérselo mirar. Ya estaba estigmatizado el hombre; ahora, con un segundo error, difícilmente le van a perdonar.
El diputado del PP por Cáceres, Alberto
Casero, se ha vuelto a equivocar y ha votado el pasado jueves en el Pleno del
Congreso a favor de crear una comisión de investigación sobre las supuestas
actuaciones de la conocida como ‘política patriótica’ del Gobierno de Mariano
Rajoy contra políticos independentistas catalanes. Casero aparece en el bloque
de los diputados que han dado el sí a la creación
de dicha comisión, junto
al PSOE, Unidas Podemos, ERC, Grupo Plural, PNV, EH Bildu y varios partidos del Grupo
Mixto.
En
total, 191 votos,
más que suficiente para aprobarla, por lo que el apoyo de Casero no resultaba
decisivo para que saliera adelante, como sí ocurrió con la reforma laboral. En
contra han votado PP, Vox, Ciudadanos y el resto del Grupo Mixto. Tomás
Guitarte, de Teruel Existe, se ha abstenido.
La
iniciativa llevaba la firma de ERC, Bildu y Más País y el enunciado pedía en
concreto la "creación de una comisión de investigación sobre la presunta
intromisión a la soberanía del Principado de Andorra por parte de responsables
políticos españoles, así como de entramados parapoliciales en el marco de la
denominada Operación Cataluña".
No es
infrecuente que de vez en cuando los diputados y senadores se confundan en
votaciones en las Cortes. Pero el caso de Casero llama la atención porque fue
aquel diputado gracias a cuyo voto favorable el Gobierno sacó adelante el
pasado mes de febrero una votación tan decisiva como la reforma laboral.
Recordemos que tras el ‘no’ de ERC y las dudas de
UPN -que finalmente votó en contra-, los apoyos a aquel proyecto de Ley se
preconfiguraban muy ajustados, hasta que el diputado Casero se equivocó: no le
dio al botón que debía desde su escaño, lo que permitió que el decreto saliera
adelante por solo un voto de diferencia. Ahora, no ha sido tan decisivo (sin el
concurso del diputado cacereño, la iniciativa igualmente habría salido
adelante) pero las chanzas por la nueva equivocación deben haber abundado.
Estas son las cosas que, además de no
contar con las simpatías del personal, en la política quedan señaladas por su
fácil memorización. Mala suerte (?) la del diputado Casero. Maldita gracia que
les causará a sus jefes.
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