La firma tecnológica kiwi.com ha llevado a cabo un estudio sobre la recuperación de los viajes en el país que refleja un hecho indiscutible: las cifras superan las expectativas más optimistas. En lo que va de año, en España, las reservas se han triplicado en comparación con las del mismo período de 2021 e incrementado un 75 % por encima de las de 2019 en ese cómputo. Junio fue el mes principal en lo que a reservas concierne, con un aumento del 277 % frente a junio del pasado año. Y otra conclusión llamativa del estudio: los destinos domésticos se impusieron a los internacionales.
En efecto, los destinos domésticos son los más demandados, por delante de los otros europeos como Italia, Reino Unido, Irlanda, Alemania, Francia y Polonia. En cuanto a los viajes de larga distancia, el destino más popular son los Estados Unidos. A tener en cuenta este dato, ahora que se está tratando de consolidar la experiencia canaria con la captación de turismo americano.
Otro dato relevante es que para viajar a Italia (el destino internacional más reservado en kiwi.com), casi un 20% de los viajeros reserva con menos de tres días de antelación, mientras que para viajar a Portugal o a Grecia este período aumenta de dos a seis meses.
Los destinos más reservados por los españoles, según el citado estudio, han sido Londres, Barcelona, Palma de Mallorca, Madrid, Roma, Viena y Lisboa. Entre las rutas preferentes, Madrid-Roma, Barcelona-Palma de Mallorca, Barcelona-Lisboa o Málaga-Londres. Para viajes con destino a España, destacan el trayecto Viena-Barcelona, Londres-Málaga, Londres-Barcelona o Viena-Palma de Mallorca.
En cuanto a la duración de las estancias, más del 65 % de los viajeros se quedan en España entre cuatro días y dos semanas.
El estudio señala que, después de este verano tan positivo, las previsiones de cara a septiembre y noviembre son muy alentadoras, con reservas realizadas a destinos como Italia, Alemania, el Reino Unido, Irlanda o Francia, con un crecimiento del +170% respecto al año pasado.
De todos modos, es inevitable tener en cuenta el paréntesis de la incertidumbre que significa el conflicto bélico en Ucrania, ante el que los gobiernos de los países europeos habrán de posicionarse con medidas que inciden en el desenvolvimiento económico y social. Es una incertidumbre, cuando llega el final del verano, que afectará a los planes de vacaciones y desplazamientos. Y los mercados emisores, naturalmente, se resentirán.
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