Este agosto descompensado y desigual nos arrebata
también la vida de Oswaldo Brito, historiador, profesor de la Universidad de La
Laguna, sindicalista, diputado al Parlamento de Canarias y concejal-delegado de
Patrimonio del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Fue también un
destacado activista en la causa de conflictos laborales como los del tabaco,
transportes y puertos desarrollados en a finales de los años setenta y durante
la década de los ochenta del pasado siglo.
Ahí fue donde le conocimos y tratamos, en los
primeros intentos de irnos desligando de la información deportiva que nos
ocupaba entonces en Radio Popular de Tenerife y Diario de Avisos. Oswaldo
–también con raíces portuenses: su padre, Narciso, maestro nacional, da nombre
a un colegio de educación infantil y primaria en La Cuesta (La Laguna)-
suministraba noticias de las actividades sindicales de aquella época.
Luego, llegó la política, ya él abiertamente
decantado por el nacionalismo progresista. Coincidimos en algunos congresos, en
el Puerto de la Cruz, donde contrastamos su vehemencia a la hora de defender
ideas y avances, convencido como estaba de que había un espacio para lo que
preconizaba, plasmado en en organizaciones como la Confederación Autónoma
Nacionalista Canaria (CANC), Asamblea Nacionalista Canaria (ANC) e Iniciativa
Canaria (ICAN).
Autor de la ‘Historia del movimiento Obrero
Canario’ y de otras obras de temática social e histórica, su paso por el
Parlamento de Canarias es muy recordado por su trabajo perseverante, por su
dialéctica rigurosa y brillante y por sus análisis de los retos históricos que
aguardaban a Canarias para el encaje de sus características en las estructuras
del Estado y de las entonces Comunidades Europeas (CE).En el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC)recuperó la denominada Tertulia de los Iriarte, de la que quedaron uno o dos testimonios escritos.
Juntos seguimos en el Parlamento el debate de
investidura de Fernando Fernández y algunos años después, ya en la séptima Legislatura,
nos invitó a seguir el curso de las jornadas “Parlamento y Sociedad: Ideas para
el futuro”, que promovió desde la consultora privada que había formalizado para
cuando abandonó la política activa.
De aquel ciclo, surgió una publicación interesantísima
en la que el propio Oswaldo habla de un “inaplazable cambio cultural y social”.
Dijo el historiador entonces que había que “repensar si nuestros hábitos de vida y conducta son
realmente sostenibles y, además, si la realidad en que nos hallábamos inmersos
antes de 2008 será a la que nos deberemos enfrentar una vez se salga, no sin
elevados costes personales y sociales, de la actual situación”.
Han pasado unos cuantos años de aquel vaticinio.
Canarias sigue con horizontes parecidos. Solo que ya no está Oswaldo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario