jueves, 1 de septiembre de 2022

Oswaldo y su huella

 

Este agosto descompensado y desigual nos arrebata también la vida de Oswaldo Brito, historiador, profesor de la Universidad de La Laguna, sindicalista, diputado al Parlamento de Canarias y concejal-delegado de Patrimonio del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Fue también un destacado activista en la causa de conflictos laborales como los del tabaco, transportes y puertos desarrollados en a finales de los años setenta y durante la década de los ochenta del pasado siglo.

Ahí fue donde le conocimos y tratamos, en los primeros intentos de irnos desligando de la información deportiva que nos ocupaba entonces en Radio Popular de Tenerife y Diario de Avisos. Oswaldo –también con raíces portuenses: su padre, Narciso, maestro nacional, da nombre a un colegio de educación infantil y primaria en La Cuesta (La Laguna)- suministraba noticias de las actividades sindicales de aquella época.

Luego, llegó la política, ya él abiertamente decantado por el nacionalismo progresista. Coincidimos en algunos congresos, en el Puerto de la Cruz, donde contrastamos su vehemencia a la hora de defender ideas y avances, convencido como estaba de que había un espacio para lo que preconizaba, plasmado en en organizaciones como la Confederación Autónoma Nacionalista Canaria (CANC), Asamblea Nacionalista Canaria (ANC) e Iniciativa Canaria (ICAN).

Autor de la ‘Historia del movimiento Obrero Canario’ y de otras obras de temática social e histórica, su paso por el Parlamento de Canarias es muy recordado por su trabajo perseverante, por su dialéctica rigurosa y brillante y por sus análisis de los retos históricos que aguardaban a Canarias para el encaje de sus características en las estructuras del Estado y de las entonces Comunidades Europeas (CE).En el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC)recuperó la denominada Tertulia de los Iriarte, de la que quedaron uno o dos testimonios escritos.

Juntos seguimos en el Parlamento el debate de investidura de Fernando Fernández y algunos años después, ya en la séptima Legislatura, nos invitó a seguir el curso de las jornadas “Parlamento y Sociedad: Ideas para el futuro”, que promovió desde la consultora privada que había formalizado para cuando abandonó la política activa.

De aquel ciclo, surgió una publicación interesantísima en la que el propio Oswaldo habla de un “inaplazable cambio cultural y social”. Dijo el historiador entonces que había que “repensar si  nuestros hábitos de vida y conducta son realmente sostenibles y, además, si la realidad en que nos hallábamos inmersos antes de 2008 será a la que nos deberemos enfrentar una vez se salga, no sin elevados costes personales y sociales, de la actual situación”.

Han pasado unos cuantos años de aquel vaticinio. Canarias sigue con horizontes parecidos. Solo que ya no está Oswaldo. 

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