martes, 27 de septiembre de 2022

INDISPENSABLE ESTAR PREPARADOS

 Ayer por la mañana, casi con las primeras luces del alba, por supuesto con la mosca detrás de la oreja, pendientes de que las autoridades emitieran sus últimos informes y recomendaciones, que el paso de la tormenta o lo que evolucionó aún no había concluido, las primeras reflexiones nos llevaban a decir que, por primera vez, en mucho tiempo, la sociedad canaria se había comportado como una sociedad moderna, había dado una respuesta muy estimable ante una contingencia atmosférica adversa, siguiendo atentamente las indicaciones de las autoridades y cumpliendo con las determinaciones orientadas a evitar desgracias o desastres.

También cumplieron las administraciones públicas competentes en un ejercicio coordinado de comunicación de prevenciones que se desarrolló –a tener en cuenta- preferentemente en redes sociales y en los medios informativos convencionales. Fue el acento puesto en la precaución, las veces que hizo falta con tal de superar el trance.

La experiencia, a la espera de que no se complique o registre lunares postreros que echarían por tierra estos gratificantes resultados, debe ser tenida en cuenta, incluso con ánimo de enriquecerla. No son solo las características principales de un destino turístico. Son también las indicaciones que debe recibir la población nativa y residente, obligada a saber conducirse entre emergencias, catástrofes y situaciones tensas o delicadas (La erupción de La Palma del último trimestre del pasado año acaso sea el mejor ejemplo).

Por eso dijimos en comparecencias audiovisuales que habría que madurar la idea de enseñar a la población mediante prácticas (incluso sobre el terreno o en los escenarios más idóneos), cómo desenvolverse antes de que fuera declarada la emergencia o una vez se desatara. Se trata de unos principios elementales de protección civil bien sistematizados en comunidades vecinales, bloques de viviendas y entidades mínimamente organizadas. Esto se hace ya en muchos países de la Unión Europea y sudamericanos, es decir, clases o sesiones prácticas en las que se enseñe a colocar un arnés o a tender un puente que cruce una riada o una barranquera. El personal experto o reconocido en los cuerpos correspondientes tendría a su cargo la enseñanza o el despliegue adecuado para prepararse con tal de superar las dificultades y las situaciones límite. Sin bromas y sin burlas facilonas cuando estén en plena didáctica.

Sabes qué hacer, establecer las prioridades, manejar instrumentos que luego son decisivos en una tarea de rescate o salvamento. Las corporaciones locales, en sus planes de protección y salvamento, deberían esmerarse concediendo a las concejalías o departamentos correspondientes, la atención y las dotaciones que sean menester. Canarias ya no va a ser como antes y requiere del esfuerzo de administraciones públicas y de su población para saber cómo actuar cuando está en peligro la integridad física de las personas o su propìa vida. Es necesario algo más que el voluntarismo o el heroísmo. Es indispensable prepararse. Hay que tener conciencia de lo mucho que está en juego.

1 comentario:

zoilolobo dijo...

Felicitar a las autoridades por la eficiencia demostrada frente al temporal y aceptar la recomendación que en el último párrafo de su artículo, proporciona García Llanos para alcanzar un mayor nivel en la protección, salvamento y rescate mediante cursos de adiestramiento para la población.
Zoilo López