Pasan los días y, que se sepa, no se aprecian efectos de la controversia generada con las colas que se forman en el aeropuerto Sur-Reina Sofía para superar –nunca mejor empleado- el control de pasaportes, ni de los líos de calado que afectan a innumerables pasajeros para tomar un taxi y seguir hasta el punto final del destino, ya vía terrestre.
Es curioso pero las quejas de las organizaciones empresariales no generan un mínimo debate sobre posibles alternativas y se pierden en ese fondo de desatención e incomprensión. Ni siquiera una apelación de esas casi a la desesperada que se manifiestan cuando el problema está tan enquistado que se da por irresoluble.
Pero tampoco un acuerdo de corporaciones locales -las más directamente concernidas- ni una iniciativa de alguna otra entidad alumbrada por alguien incapaz de parir una ocurrencia. Y lo que es más: qué habrá sido de los diputados provinciales y de los senadores por la isla, calladitos, inmóviles, maniatados sin aportar una alternativa, siquiera para propiciar una negociación en pos del desbloqueo.
Un buen amigo, de los veteranos al que los conflictos y las protestas por un déficit de instalaciones, servicios y dotacionales les resultan ya indolentes, sostiene una particular tesis: esto pasa porque hay negocio y la gente está ganando o ingresando con regularidad. “Si fallara el oro, ya veríamos”, suele concluir. Y ahí, que cada quien imagine lo que quiera, haga o no cábalas.
El caso es que, entre esperas alargadas y casi kilométricas para que sellen un pasaporte o subirse a un vehículo de servicio público hasta encontrar el hotel o el apartamento, la primera estampa de llegada al destino no es la más edificante.
Tan dados que somos a la algarada, a vociferar -no más- las parálisis y hasta los desastres en el funcionamiento de los servicios, aquí predomina la quietud. Ni una moción ni una interpelación en los foros políticos. Asombroso.
1 comentario:
Buenos días, este desastre ya lleva mucho tiempo en este aeropuerto del sur de Tenerife, sobre todo el problema de los taxis, es desagradable la imagen que le damos al turista cuando llega a Tenerife y concretamente al aerpuerto del sur con colas kilométricas para coger un taxi y qué los municipios involucrados no busquen ninguna solución a este gran problema.
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