jueves, 12 de diciembre de 2024

Servicio de teleasistencia

Más de cuatro mil personas figuran en una lista de espera que pone de relieve las dificultades -por no decir el anquilosamiento- en el funcionamiento del servicio de teleasistencia a personas mayores dependientes. La consejera de Acción Social del Cabildo Insular de Tenerife, Águeda Fumero, ha reconocido el dato en una comisión plenaria. El Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), organismo autónomo que se ocupa de desarrollar la gestión de la actividad dirigida a de los colectivos sociales, está atendiendo actualmente peticiones cursadas hace más de un año.

El servicio de teleasistencia posibilita que las personas mayores dependientes cuenten con una vida autónoma y puedan estar en sus domicilios sin dejar de recibir atención especializada por medios electrónicos, algo fundamental para su calidad de vida y por el retraso que existe en la puesta en funcionamiento de nuevas plazas residenciales dependientes del Cabildo, que tiene, incluso, residencias terminadas y cerradas, como ocurre en La Victoria de Acentejo, según publicaba en su edición de ayer Diario de Avisos.

Previsto por la Ley de Dependencia, el servicio se puso en marcha en el año 2022, siendo Pedro Martín presidente del Cabildo de Tenerife y Marián Franquet consejera de este área.

Seguro que las previsiones son insuficientes, aunque ahora lo importante es conocer el desarrollo de los planes del actual gobierno insular, que debería acreditar una mayor sensibilidad al respecto. La dotación de servicios para atender a las personas mayores y necesitadas, en sus distintos grados de vulnerabilidad, distingue a las instituciones que han de ocuparse de ellas. No puede suceder que se presuma de fiestas o de gratuidad en algunas actividades cuando luego las tienen en escasa consideración.

Son cuatro mil personas mayores dependientes que están en sus casas en la isla de Tenerife esperando por un servicio de teleasistencia”, ha explicado la consejera socialista del Cabildo, Marián Franquet, quien ha agregado que “estas personas y sus familias tienen la seguridad de que, si pasa cualquier cosa, van a estar atendidas con un botón que llevan al cuello o en una pulsera. Es un servicio absolutamente necesario. Cuando nos fuimos del gobierno insular no había lista de espera, más allá de uno o dos meses. Y ahora mismo hay cuatro mil personas con un año de espera para que le pongan en su casa un aparato que permite que las personas mayores, y sus familias, estén y se sientan seguras”, ha agregado.


 

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