viernes, 13 de diciembre de 2024

Determinación australiana

 

Australia aprobó la pasada semana una ley que prohíbe el acceso de los menores de 16 años a las redes sociales, una de las medidas más severas del mundo para mantener a los adolescentes alejados de plataformas como Facebook, Instagram y X. Estamos ante un giro importante en los usos y tendencias sociales de nuestro tiempo. Cualquier padre, cualquier abuelo, conoce perfectamente cuáles son las preferencias de hijos y nietos de ambos sexos: quieren la ‘play’, la maquinita, el portátil o el celular que manejar sobre la marcha, en cualquier lugar, en cualquier momento, apenas salir de casa o de clase. O incluso en el tiempo de recreo o descanso en su centro escolar. Los dispositivos parecen fabricados para ellos. Es su herramienta, mejor dicho, su juguete. Y la destreza con que se desenvuelven apenas empiezan a manejarlos es llamativa, por suavizar el adjetivo.

¿Consecuencias del giro, a la espera de que otros países -Noruega ha dado sus primeros pasos similares- se sumen a la medida? El texto australiano, aprobado en las dos cámaras parlamentarias con el apoyo de los principales partidos, obligará a las firmas tecnológicas a tomar "medidas razonables" para impedir que los adolescentes tengan una cuenta en sus aplicaciones. En caso de no cumplir esa disposición, las empresas se enfrentan a multas de hasta cincuenta millones de dólares australianos (unos treinta y dos millones millones y medio de dólares estadounidenses).

El primer ministro, Anthony Albanese, un dirigente de centroizquierda que se presenta a la reelección en los comicios del próximo año, hizo campaña a favor de esta ley y llamó a los padres de familia a respaldarla. Antes de la votación en el congreso describió a las redes sociales como "plataformas donde se ejerce presión de grupo, causantes de ansiedad, canales para los estafadores y, lo peor de todo, una herramienta para los depredadores en línea". "Quiero ver a los niños alejados de sus dispositivos” y sí, en cambio, “en las canchas de fútbol, las piscinas y las canchas de tenis", afirmó.

Si bien esta prohibición -no entrará en vigor antes de por lo menos doce meses- es una de las más estrictas del planeta, todavía no está claro cómo harán las empresas de redes sociales para cumplir con la prohibición que se les impone. Algunos expertos han expresado sus dudas sobre la viabilidad técnica y se preguntan si la legislación no se convertirá en un gesto simbólico, pero inaplicable. Los críticos de la medida señalan que hay interrogantes que no se han contestado, sobre cómo se va a aplicar el veto y qué impacto tendrá en la privacidad y la conexión social.

Meta, la casa matriz de Facebook e Instagram, lamentó que los parlamentarios australianos no hayan tenido en cuenta los pasos ya dados por el sector "para garantizar experiencias apropiadas en función de la edad". Sin embargo, la ministra Michelle Rowland, señaló que la prohibición incluirá a Snapchat, TikTok, Facebook, Instagram y X. Las plataformas de juegos y mensajería quedarán exentas, así como los sitios a los que se puede tener acceso sin abrir una cuenta, por lo que es probable que YouTube, por ejemplo, no se vea inmersa en la prohibición.

El gobierno australiano ha indicado que contará con algunas de las tecnologías de verificación de edad para implementar las restricciones, y estará ensayando opciones en los próximos meses. La responsabilidad recaerá sobre las plataformas de redes sociales para añadir esos procesos ellas mismas.



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