Siempre estamos atentos, en estas fechas, a las novedades que da a conocer la Real Academia Española (RAE). Son tantos los términos del habla común o del lenguaje coloquial que terminan siendo aceptados, especialmente de aquellos procedentes del ámbito social. Una de las voces canarias que se incorpora es sancocho.
En esta ocasión, entre adiciones de artículos,
acepciones, supresiones y enmiendas, son tres mil quinientas doce novedades,
una actualización que se identifica como la 23.6 del Diccionario de la Lengua
Española (DLE). Después de haber sido dada a conocer por el director de la RAE
y de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale); y la directora
del Diccionario, la académica Paz Battaner, ya está disponible en el sitio web www.dle.rae.es que cuenta
con el apoyo de Fundación La Caixa.
En una nota informativa, la RAE señala que el Diccionario de la
lengua española incluye en su más reciente actualización novedades relativas a
terminología procedente del ámbito social. Entre ellas encontramos la adición
de la palabra edadismo,
definida como ‘discriminación por razón de edad, especialmente de las personas
mayores o ancianas’. Otras de las incorporaciones de este ámbito son conspiranoico, micromachismo, ruralizar o una nueva acepción para el término brecha como ‘diferencia o
distancia entre situaciones, cosas o grupos de personas, especialmente por la
falta de unión o cohesión’.
También se
han revisado y modificado las definiciones de discapacidad y racismo.
La actualización 23.6 actualiza la versión
electrónica del Diccionario de la Lengua Española y continúa el camino hacia la
24.ª edición de la obra, que se publicará en 2026, coincidiendo con el tercer
centenario de la aparición del primer diccionario elaborado por la RAE, el Diccionario de autoridades (1726-1739).
En esta versión, según la nota de la RAE, ya disponible en la plataforma en
línea, “pueden encontrarse nuevas incorporaciones relativas al ámbito
tecnológico como macrodatos, puntocom, videojugador
o las expresiones comercio
electrónico, minería de datos, obsolescencia programada o vida útil”.
Como cada año, también es reseñable el
enriquecimiento de la obra con terminología procedente del mundo gastronómico.
En esta actualización se suman a la obra panetone y panetón, y nuevas acepciones de sancocho, en referencia
al guiso canario, y compango, en alusión
al conjunto de ingredientes cárnicos, ahumados o embutidos, con que se elaboran
la fabada y algunos cocidos. De las ciencias
naturales, se incorporan voces pertenecientes a la zoología como dingo, facóquero y mantarraya, y al ámbito de
la medicina como cortisol,
hiperinmune,
lidocaína o
monodosis.
Otras palabras que aparecen en la actualización
son micromecenazgo, microplástico,
manguito, cuarentañero; las literarias garciamarquiano y cortazariano, o expresiones
del habla coloquial como copiota, gusa o habemus.
Esta actualización incluye, asimismo, propuestas
que el escritor y académico Javier
Marías (1951-2022)
presentó ante las comisiones en las que se articula el trabajo académico.
En la comunicación de la RAE, se destaca, por
cierto, la adición al término traslaticio de
la acepción ‘perteneciente o relativo a la traducción’, oficio que el académico
madrileño ocupó profesionalmente y que fue una de sus pasiones desempeñada con
maestría.
El autor de ‘Corazón tan blanco’, entre
otros títulos, propuso también la incorporación de las voces hagioscopio y sobrevenido, que también se añaden al diccionario en
su actualización 23.6.
En fin, nuevas palabras con las que algunos ya
estarán familiarizados. Los demás ya podemos confiar en su aceptación
académica.
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