domingo, 5 de noviembre de 2023

Jurista fino y sapiente

 

Antonio Martinón, ex Diputado a Cortes y ex Rector de la Universidad de La Laguna, ha escrito una sentida y descriptiva glosa del profesor y eminente jurista Manuel Álvarez de la Rosa, fallecido la semana pasada, en la que enfatizaba sobre los tres hechos que más les unían en sus conversaciones: la entrega a la universidad, el amor por nuestras islas y el compromiso político socialista.

“Poseía una mente vigorosa, con una inteligencia rápida y una gran delicadeza para lo importante. Escuchaba y sonreía”, condensaba Martinón las impresiones y los rasgos del profesor Álvarez, a quien tuvimos oportunidad de tratar con cierta regularidad.

En cierta ocasión, en la primera legislatura autonómica, colados como oyente en una sesión del Consejo de Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra advertía a Dolores Palliser, consejera de Turismo y Transportes, de la necesidad de una exposición concreta y precisa, antes de que se incorporara Álvarez, a la sazón consejero de Presidencia, y le corrigiera, como solía hacer, en algunos lapsus, incluso fonéticos.

Después, escuchamos con  mucha atención las explicaciones que ofrecía para la puesta en marcha de la sociedad pública ‘Pamarsa’, dando forma jurídica, estructural y operativa a aquella iniciativa en la que se volcó el economista Juan José Acosta de León quien no dudó en encomendarle el asesoramiento jurídico de la empresa cuando la presidía Félix Real González.

Manuel Álvarez extendía sus dotes profesorales, se había ganado el respeto de alumnos, compañeros y colegas con un comportamiento recto y ejemplar. A Martinón, según escribe, le pareció siempre un jurista fino, “un maestro universitario, un canario universal y un político generoso”. Fue asesor jurídico de RadioTelevisión Española en Canarias (RTVC) y aconsejó a numerosos profesionales de la Asociación de Periodistas de Tenerife (APT), antes denominada Asociación de la Prensa de Tenerife.

Los empresarios del sector turístico y hotelero también han ponderado su aportación, especialmente la que dedicó a la elaboración del convenio colectivo que significó un gran avance en las relaciones laborales en la década de los años ochenta del pasado siglo. Según reconoce la patronal Ashotel en un comunicado, Manuel Álvarez de la Rosa tuvo la habilidad de convencer a ambas partes para sentarse a negociar en una misma mesa y supo concitar la voluntad negociadora de unos y otros. Fue muy respetado por la patronal hotelera y por el ámbito empresarial, pero también por la representación sindical, con la que siempre mantuvo una exquisita y admirable relación profesional, una virtud por la que fue siempre considerado un gran árbitro.

Jubilado como catedrático de la ULL desde 2013, fue autor de un amplísimo número de trabajos de su especialidad, así como de libros individuales y colectivos, director de proyectos de investigación, autor de prólogos y recensiones y miembro de tribunales para puestos docentes y dirección de tesis doctorales. Entre los libros de los que es coautor, destaca, junto al profesor Manuel Carlos Palomeque López, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Salamanca, el Manual de Derecho del Trabajo (editorial Areces), de uso frecuente en las universidades españolas y entre los profesionales del laboralismo.

Hasta siempre, profesor.

 

 

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