Atentos,
que la firma emisora turística británica 'Thomas Cook' anuncia que
vuelve a operar en Túnez, bien es verdad que con una programación
inferior a la de 2015, en cuyo verano, entonces, se produjo un
violentísimo atentado terrorista. “Es un comienzo -dice el jefe
ejecutivo o consejero delegado, Peter Fankhauser-; a partir de
febrero tendremos dos rotaciones por semana y si vemos que el mercado
acepta, es muy fácil añadir más vuelos”.
Atentos,
porque reaparece en el mercado un destino que tiene sus encantos y
entraña una oferta muy llamativa en el oriente próximo. Y eso
significa que las preferencias de los turistas pueden variar, o lo
que es igual, ya no se inclinen tanto por Canarias. Cierto que ha de
transcurrir un largo período de tiempo para contrastar la
recuperación pero empiezan a dar los pasos para que eso ocurra.
Cierto
también que, después de todo lo ocurrido, tendrán los tunecinos
que extremar las medidas de seguridad, algo que inspire confiabilidad
a los visitantes que no quieren sobresaltos ni peripecias ni riesgos
de integridad física. Tras Túnez, seguirá Egipto, otro destino que
quiere competir, pese a la inestabilidad interior.
Fankhauser
remarca que “el respectivo país es responsable de la seguridad
sobre el terreno”. Esto, con los consabidos informes de los
departamentos correspondientes, significa un voto de confianza desde
el sector privado que tendrá un papel decisivo para garantizar a las
aurtoridades públicas la seguridad que exigen sus clientes. Es mucho
lo que se juega.
Por
eso, han pedido que instalaciones, edificaciones y hoteles estén
sujetos a normativas regionales y nacionales de máxima seguridad.
“El riesgo es sobre todo una cuestión de cumplimiento, no de
regulación; si las normas son estrictas pero la gestión mala, el
riesgo se mantiene”, declaró uno de los principales prebostes de
'Thomas Cook'.
Atentos,
porque el mercado oriental se puede fortalecer y ya veríamos cómo
resiste el destino turístico canario esta competencia hasta ahora
bastante apagada. Acostumbrados a récords y tendencias alcistas
desde hace tiempo, el escenario sería otro y habría que
replantearse muchas cuestiones. La duda es si durante este período
de bonanza, aparte de contar por miles, el sector habrá aprovechado
el tiempo, habrá innovado y se habrá pertrechado para hacer frente
a coyunturas desfavorables como puede ser esta reaparición de países
que, por triste razones, han mantenido cerradas las puertas del
turismo.
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