lunes, 21 de octubre de 2024

Sombras, palabras, sonidos y hasta mañana, Atlántico

 

Seguimos a Radio Nacional del España (RNE) desde aquellos tiempos que el padre regaló un transistor Sanyo, en el que en la cubierta de un trasatlántico, pudimos seguir la transmisión de Marías Prats y Enrique Mariñas de un encuentro de la Copa de Europa.

Después, estuvimos pendientes del nacimiento y las primeras emisiones del Centro Emisor del Atlántico, desde el monte de Las Mesas y los estudios de la antigua calle del Norte (Valentín Sanz). Allí hacían ‘El oyente programa’, ‘La hora del soldado’ y ‘707 Musical’… los títulos de programas que se fueron haciendo familiares, parte de la adolescencia misma, fortaleciendo la vocación por la comunicación, suplementados con ‘España a las 8’, ‘Novedades musicales’ y ‘Radiogaceta de los deportes’. Y con ‘El parte’, claro, (Diario hablado, era su denominación oficial), de inconfundible y memorable sintonía, que aparecía a las nueve de la noche (hora insular canaria) e interrumpía –por lo tanto, una sola señal en todo el país, con la obligación que tenían de conectar el resto de las emisoras- hasta la mismísima final de una competición deportiva si fuera menester.

Las voces de Pardellas, Mariano Vega, Maite Acarreta, Carmen Báez, Montse Martínez, Arturo Rodríguez, Paco Álvarez Galván, José Antonio Cubiles, las hermanas locutoras García Álvarez… eran también de la familia, como las señales horarias.

Desde ahí, desde aquella condición de oyente impenitente, hasta la oportunidad de hacer radio desde las entrañas, desde los estudios de la calle San Martín (o La Marina, si se prefiere), en la capital tinerfeña, o desde 1º de mayo, en Las Palmas de Gran Canaria. Gracias a la confianza de José Antonio Pardellas que abrió una ventana (así se dice ahora, ¿no?) para que continuásemos aquella trayectoria que solo quebró el ejercicio de cargos públicos, siempre vinculados a la comunicación pública. Cuando apenas se empleaba el término en la radiodifusión española, hicimos, frecuencia semanal, ‘La Tertulia’, que se emitía los sábados al mediodía, una vez en plena jornada de reflexión electoral.

El programa ganó (noviembre de 1990) el III Certamen Internacional de Periodismo JB con un trabajo titulado “La apuesta turística del futuro” en el que el eurodiputado Manuel Medina Ortega anticipó en directo, desde Bruselas, los contenidos de iniciativas legislativas específicas de ámbito comunitario aplicables en los territorio insulares de la futura Unión Europea (UE).

Y para los restos queda una conexión informativa desde el Puerto de la Cruz, apenas cinco minutos después del atraco a un furgón blindado en el que perdió la vida, víctima de unos disparos, uno los vigilantes (Siempre contamos que, en aquel momento, ofrecía el boletín horario desde los estudios el redactor Joaquín Martínez del Reguero con quien desde hacía alguno tiempo nos desunía una enemistad. Ese día, los dos hicimos gala de profesionalidad: él dio paso desde el estudio con naturalidad, sin mediar explicaciones, y nosotros correspondimos con los primeros datos de aquel suceso que luego recorrieron, en forma de flashes y ampliaciones sucesivas, otras muchas emisoras y medios de toda España. Causó, por lo infrecuente de las circunstancias, un auténtico impacto).

Hasta llegar a nuestros días en que nos ha correspondido, desde la presidencia de la Asociación de Periodistas de Tenerife (APT), adoptar un acuerdo de felicitación de la junta directiva a la dirección, profesionales y trabajadores del Centro de Producción de la Corporación RTVE en Canarias, al cumplirse sesenta años de su entrada en funcionamiento.

Es un reconocimiento más que merecido. Radio Nacional de España en Canarias contribuyó decisivamente a vertebrar las islas, hasta que cuajara la Comunidad Autónoma. Su espíritu regional, plasmado en decenas de programas y coberturas informativas de acontecimientos en todos los territorios insulares, no solo consolidó la canariedad –cuando este era un concepto o una idea aún por desarrollar- sino que difundió un mensaje propio y original, con servicios informativos y producciones avanzadas de todo tipo, una voz informativa libre, cualificada y profesional que posibilitó sentir a Canarias en un destacado espacio del panorama informativo y radiofónico. Las voces y los sonidos de Canarias, esto es lo cierto, amplificaron sus ecos gracias a Radio Nacional.

Como que aún se recuerda aquella despedida reflexiva de la programación diaria, con la que íbamos a dormir al filo de la media noche: “Sombras, palabras, sonidos y hasta mañana Atlántico”.

¡Enhorabuena!


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