El
caso es que Aleftina Chernova (Taiga, Rusia) llegó al Puerto de la
Cruz hace cuatro años y descubrió que hay todo un universo de
plazas, monumentos, rincones y ambientes que decidió plasmar con una
llamativa e infinita policromía que proporciona a sus cuadros una
sensación apacible y enternecedora.
Luz
ligera es el título de su
exposición abierta en la Ranilla Espacio Cultural para continuar la
programación anual, presentada por Daniel Labrador, experto
universitario en gestión producción y organización de eventos,
peteneciente a la primera promoción de esta titulación de la
universidad de La Laguna.
Luz
ligera engloba treinta y seis
obras de distintos formatos, en óleos sobre lienzo y acuarelas, que
ponen a prueba la sensibilidad de la artista cuando 'Vamos por el
Puerto', 'Tomad fruta por el camino' o exalta 'Flores', algunos de
los títulos de su colección que completa con la visión
paisajística de Masca, el Drago, la capilla y la iglesia de Los
Silos.
Aleftina Chernova,
arquitecta, ha expuesto en en Saratov y Novosibirsk. En 2011 logró
compartir espacio con la comunidad de artistas de Rusia y al año
siguiente presentó obra en Moscú.
Hasta que en 2013 se
trasladó a Tenerife donde se enamoró de su geografía urbana y
rural, ese norte sin igual cuyos escenarios va reflejando con dominio
del pluralismo cromático que sortea, incluso, las tentaciones
abigarradas.
Así, Chernova va
combinando tonalidades para traducir la vitalidad, el romanticismo,
el bucolismo, la intimidad o la frescura que le sugieren los motivos
escogidos. Se nota que llegó a la isla y descubrió lo que
posiblemente no hubiera imaginado, esa singular mezcla de pueblos
entre el modernismo y la historia, entre el tipismo y la naturaleza
caprichosa. Captó, con pinceles y espátulas, la esencia y los
valores de lo que aparece cotidianamente ante nuestras pupilas y que
la creatividad pictórica exalta en otra expresión más de su
inagotable posibilismo.
La artista rusa dejó,
además, una de las mejores estampas de la calle Mequinez, popular
Ranilla: el adecuado ambiente de turistas que pasean entre las
últimas casas terreras y plazoletas llenas de vegetación y
vitalidad, el giro del cosmopolitismo que generaciones anteriores y
los lugareños actuales nunca imaginaron.
La
Luz ligera de Aleftina
Chernova, abierta hasta final de mes, además de descubrir su vena
pictórica, viene a iluminar el verano que no quiere irse, el afán
de los promotores del espacio cultural por enriquecer una oferta que
sea sinónimo de calidad y atracción y el interés de quienes se dan
cita en convocatorias o manifestaciones artísticas que comprueban
que los retos, con voluntad y tesón, están al alcance.
1 comentario:
Muchísimas gracias Salvador, como siempre, por tus crónicas sobre el acontecer cultural de La Ranilla, ésta que tanto queremos.
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