Los alemanes están a lo suyo, a producir, a debatir y a
entenderse, políticamente hablando. A lo suyo, a seguir marcando el paso, a
seguir encabezando y dando fortaleza y estabilidad a una cada vez más frágil
Unión Europea (UE).
Hoy abren la ITB de Berlín, una de las ferias turísticas más
importantes de todo el mundo. Hay quien cuenta que es la cita donde se firman
los contratos y los negocios más sustanciosos, sin olvidarnos de Londres,
naturalmente.
Y ya que estamos, hay que ponderar el peso del turismo alemán
en los destinos españoles y en el conjunto del país, sobre todo desde el punto
de vista cualitativo pues hay una contrastada tendencia a desarrollar un
turismo aún de mayor calidad. Se nota, incluso, un cambio de mentalidad y hasta
en el ‘modus operandi’: las nuevas generaciones van conquistado posiciones y
aplicando nuevos métodos.
Datos: España recibió en 2017, casi ochenta y dos millones de
turistas, un incremento del 8,6 %. Cerca del 15 % eran visitantes alemanes,
casi doce millones. Por consiguiente, mercado emisor muy sólido. Y muy
vigoroso. Es el segundo para nuestro país. La clientela germánica está
concentrada en Baleares y Canarias, seguidas de Catalunya y Andalucía.
Más: la evolución de gasto ha sido muy favorable: más de doce
mil doscientos millones de euros (más del 10,1 %), ocupando también la segunda
posición tras el mercado británico y con un notable gasto medio por turista,
1.028 euros, y un mismo concepto medio diario que sigue subiendo (124 euros).
La fortaleza de la economía alemana, el descenso en los
índices de desempleo, el incremento de los salarios y perspectivas que alientan
el consumo se van sumando entre las potencialidades del turismo de aquel país.
Claro que la reaparición de destinos del mediterráneo y del norte de África
abre paréntesis de incertidumbre. Habrá que aguardar si se confirma la
tendencia positiva en la captación de esos mercados. Ya se sabe que es un proceso que comporta largas temporadas.
Advertida tal circunstancia, conviene ocuparse de lo que
quiere o prefiere el cliente alemán. Según el Instituto Alemán de Investigación
Turística (FUR), que ha investigado los perfiles del denominado ‘turista
cosmopolita’, el principal tipo de viajes vacacional está relacionado con el
descanso, la recuperación, el relajamiento, las típicas vacaciones de sol y
playa. Les sigue en importancia los viajes en familia, seguidos de la
naturaleza. Y en cuarta posición, los viajes de experiencias.
De ahí que buena parte de los recursos se concentren en la
captación y fidelización de ese segmento ‘cosmopolita’ pues, además de
intereses muy heterogéneos, el FUR pondera los hábitos de consumo ya que marcan
tendencia y producen ingresos en destino cuya rentabilidad se viene midiendo de
forma muy positiva. Se trata de captar y fomentar un turismo sostenible
económicamente, pero igual desde el punto de vista social y medioambiental que
favorezca una integración en el entorno y la población local. La concentración
geográfica y temporal se convierte, en este sentido, en un factor negativo.
La ITB puede aportar más luz a este respecto.
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