martes, 6 de marzo de 2018

LA LUZ, SUBE QUE TE SUBE

La luz ha subido en febrero un 2 %. Así lo ha expuesto FACUA-Consumidores en Acción, una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, dedicada desde sus orígenes, en 1981, a la defensa de los derechos de los consumidores. El análisis pone de relieve que durante el pasado año, el recibo del usuario medio se elevó a 75,59 euros mensuales (impuestos indirectos incluidos), frente a los 68,20 euros de 2016. En concreto, en febrero pasado, el recibo se situó en 76,32 euros (con el 27,19 % de impuestos indirectos incluidos), frente a los 74,81 euros de enero.
O sea, que ni se moderan ni cesan estos incrementos. ¿Culpa de las compañías o culpa del Gobierno? El dilema, probablemente, se zanjará con los balones fuera que unos y otros lancen. Eso sí, abusando de la paciencia y el conformismo de los consumidores.
Recordemos que las eléctricas aplicaron el año pasado un serio incremento en las tarifas de la energía consumida, hasta un 16 %, que se dice fácil. El precio del kilowatio hora ha pasado de los 13,28 céntimos (10,44 más impuestos indirectos, con redondeo en dos decimales) a 15,41 céntimos. Estas subidas significan un montante, a nivel anual, de 907,08 euros, es decir, 88,63 euros por encima de los 818,45 que abonó el mismo perfil de consumidor en 2016. El análisis señala que el usuario medio consume 366 kilowatios/hora al mes y tiene una potencia contratada de 4,4 kilowatios.
FACUA es tajante a la hora de recordar que en 2017 la factura de la luz se elevó un 10,8 %, en su criterio, un porcentaje desproporcionado. Llega a hablar de una clara pasividad por parte del Gobierno ante la escalada tarifaria “que denota una escandalosa complicidad con las eléctricas para ayudarles a seguir engordando beneficios anuales milmillonarios a costa de mantener unos escandalosos índices de pobreza energética”. Esta organización que defiende a los consumidores añade que a estos índices hay que adicionar cientos de miles de de cortes de suministro por falta de capacidad de pago y una multitud de familias que se privan del uso de la calefacción durante la estación invernal.
FACUA ha venido denunciando que las tarifas españolas están entre las más altas de la Unión Europea (UE), por lo que critica severamente al ministerio de Energía desde que su titular, Álvaro Nadal, decidió recortar el descuento aplicable con el bono social, estableciendo una limitaciones considerables para poder acceder al mismo. Recordemos, en ese sentido, que la norma reguladora fijó niveles de renta muy bajos para poder acogerse al citado bono, aunque al tiempo plantea que cualquier familia numerosa, pese a disponer de un alto poder adquisitivo, podrá beneficiarse de él.
Respetando estas cifras analizadas por FACUA, el caso es que la luz ha subido un 2 % tan solo en el mes de febrero. Esto es lo que debe preocupar a los clientes y usuarios. Las compañías, a lo suyo, a engordar la cuenta de resultados, con la anuencia del ejecutivo, al que no se ve un detalle para congelar o reducir las tarifas. No hay que ilusionarse ni siquiera pensando en la proximidad de un año electoral. Pero hay que plantearse la reducción de, al menos, un 2 % de la intensidad energética para avanzar en la racionalización del consumo y propiciar unas tarifas más equilibradas, incluso para favorecer una economía más productiva. Ese es un objetivo en el que hay que volcar voluntad política y esfuerzos de las partes. Si no, la subida seguirá siendo pan nuestro de cada mes.

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