Pues
eso, que nos gusta vivir bien, que pensamos en el futuro. Primero, la
protección financiera y luego un viaje, a disfrutar y tal y tal. La
quinta entrega del Estudio de Comparación On line hacia el Ahorro
Inteligente, llevado a cabo por
el sitio web que ofrece datos comparativos, Rastreator.com,
lo deja bastante claro: hay que
prevenir, los efectos de la crisis fueron en algunos casos muy duros
-curiosamente, en las clases pudiente, un poco menos- y ahora se
concede prioridad a previsiones de lo que está por venir. El estudio
indica que es la principal motivación del ahorro.
Los viajes,
disfrutar en distintos destinos, es la segunda de las opciones para
medir los hábitos de los españoles. Ha descendido un 6 %. El 60,4 %
de los encuestados realiza más de un viaje de ocio al año y seis de
cada diez planifican con antelación y en detalles sus salidas con el
fin, sobre todo, de evitar imprevistos en sus tiempo vacacional. Se
prevé para este año una media de novecientos treinta y siete euros
como cantidad ahorrada reservada para viajar.
La
investigación de Rastreator.com
analiza las tendencias tanto de consumo como de hábitos de ahorro de
los españoles en los sectores de seguros, finanzas, telefonía,
internet, viajes, coches y energía. Según se detalla, más de un 89
% de las personas consultadas toman previsiones para ahorrar y
disfrutar de vacaciones. ¿Cómo lo hacen? Pues eligen varias formas:
reservan con antelación (hasta de meses), escogen paquetes y
ofertas -sobre todo los teóricamente más ventajosos: vuelo más
hotel, por ejemplo- visitan cada vez más los comparadores on
line para hacer reservas y tanto
de vuelo como de alojamiento y recurren a casas de familiares y
amigos para reducir sus gastos.
El apartado del
informe dedicado a examinar cuáles son las medidas de ahorro más
populares de los viajeros es ilustrativo de las tendencias
anticipadas. Según Fernando Summers, consejero-delegado del citado
sitio web, el precio se mantiene como factor predominante a la hora
de contratar los elementos del viaje. El caso de alojamiento lo tiene
en cuenta casi el 85 % de las personas consultadas. Otros factores a
tener en cuenta serían la ubicación, la flexibilidad para negociar
las condiciones de contratación y la anulación gratuita de las
plazas reservadas en caso de no poder efectuar el desplazamiento. Hay
un último criterio: flexibilidad para fijar los horarios de entrada
y salida del hotel o de la vivienda alquilada.
Conviene
también señalar lo que incide a la hora de elegir un vuelo: el 84,3
% de los españoles analiza con detenimiento las tarifas antes de
adquirir un billete. Eso significa que cada vez son más quienes
seleccionan con criterios economicistas. Luego, valoran la comodidad
del vuelo, o lo que es igual, que sea directo y sin escalas alargadas
o inciertas. Igualmente, hay un número de respuestas centrado en
evitar límites de restricciones en el equipaje, en cancelaciones sin
penalizaciones y en incluir en el precio del billete extras tales
como prensa, comidas y bebidas a bordo.
Esto
prueba otros resultados llamativos del informe. Por ejemplo, la
reputación tanto de compañías aéreas como de establecimientos
hoteleros, que es tenida en cuenta, antes de formalizar sus reservas,
por un 36,1 % y un 34,3% de los encuestados, respectivamente.
Finalmente,
el estudio indica que más del 30 % de los españoles pide consejo o
información a sus amigos para escoger alojamiento. El 28,4 % hace
uso de ese consejo como criterio que termina incidiendo en la
selección del destino.
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