Ponderábamos
hace pocas fechas que los procesos de digitalización están siendo
determinantes para impulsar el crecimiento del sector turístico
español y su incidencia en la economía productiva. Basten unos
datos globales para hacernos a la idea: en el año 2017, más de mil
seiscientos cincuenta y seis millones de viajeros (un 20 % más)
pudieron embarcarse en todo el mundo, gracias al sistema Amadeus;
mientras que casi quinientos
sesenta y nueve millones de reservas aéreas (un 6,3 % más) fueron
realizadas a través de agencias de viajes.
Pues
bien: finalizada, en Dubai, la Arabian Travel Market, los
expertos han identificado tres tendencias que transformarán el
futuro del sector turístico. Una de ellas, junto a los cambios en el
comportamiento de los viajeros y la evolución de la distribución y
de las dinámicas cambiantes entre los canales de venta directos e
indirectos, es la transformación digital.
Que hay un cliente
cada vez más tecnológico, que se ha acostumbrado o empieza a
acostumbrarse a buscar en su móvil y que intenta resolver desde su
dispositivo, son hechos evidentes. Por lo tanto, no es de extrañar
que, frente a los esquemas tradicionales, la utilización fácil y
directa de herramientas de comercialización, distribución, acceso a
datos y análisis comparativos, sea lo que va imponiéndose. En
efecto, las empresas son progresivamente más sensibles a los avances
tecnológicos que se han erigido en un elemento cada vez más
importante de la competitividad con la que hacer frente a las
demandas y a los retos del mercado. Los actores que operan en el
medio turístico son conscientes de que sus respuestas a las demandas
son primordiales no solo para la promoción de destinos o productos
sino para la gestión del desplazamiento y alojamiento de los
turistas.
En
la citada feria de Dubai, se habló del “poder inspiracional” de
Instagram (una de las
más importantes redes sociales) en los hábitos de los viajeros. Las
cifras, desde luego, son impactantes: con más de quinientos millones
de usuarios, compartiendo una media de noventa y cinco millones de
fotos y videos a diario, la conclusión es que los planes de viaje se
están fraguando y haciendo constantemente y se comparten. Es más,
los expertos afirman que los viajeros ya no confían en guías de
viaje ni folletos con información a menudo desfasada o no
actualizada. Ni siquiera recurre a los trípticos o folletos de
papel, un hecho llamativo para entender los cambios en los hábitos
convencionales e infotmativos.
Un
ejecutivo representante de Facebook e Instagram en
los países árabes, asistente a la convocatoria de Dubai, Terry
Kane, lo tiene claro: “Ahora -dice- es más fácil que nunca buscar
viajes antes de salir para encontrar nuevas ideas y destinos que
explorar y que están fuera de los circuitos habituales, permitiendo
al usuario crear su propio viaje y experiencia individuales”.
Claro, se basa en que ver fotos, videos o testimonios genera un
apreciable sentimiento de querer estar ahí y vivir la experiencia
que están viendo. Un viajero cada vez más imaginativo y más
autónomo. En definitiva, la transformación digital, convertida en
tendencia, debe servir también para evaluar la sostenibilidad de las
ofertas, un auténtico reto para apuntalar la posición de España
como destino de primer orden, actualmente el segundo del mundo, por
delante de Francia, Reino Unido e Italia. Ya todo da a entender que
la recuperación turística de países en áreas estratégicas, como
la ribera mediterránea, obliga a los máximos esfuerzos no solo para
mantener cuotas de mercado sino para fortalecer los rasgos y las
características propias de la oferta española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario