Se
aproxima la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente (5 de
junio) y aunque la primavera ha tenido episodios auténticamente
invernales, el verano se echa encima. El gran enemigo es el plástico.
Imágenes recientes de la existencia de verdaderas montañas de
plástico en zonas costeras, orillas del mar o de lago y en la
desembocadura de los ríos han generado un verdadero impacto, tal es
así que instituciones y empresas ya están reaccionando y están
haciendo frente con distintas medidas, consistentes, sobre todo, en
la supresión de productos de este material de un solo uso.
La
Comisión Europea también toma la iniciativa. La cantidad creciente
de residuos de plásticos en mares y océanos obliga a la adopción
de nuevas normas para esos productos de un solo uso, así como para
los artes de pesca perdidos y abandonados. Se calcula que tales
productos representan el 70 % de todos los residuos marinos, casi
tres cuartas partes. Las nuevas normas son proporcionadas y han sido
concebidas para obtener los mejores resultados. Ello quiere decir que
se van a aplicar medidas diferentes a productos diferentes. Según se
ha sabido, se prohibirá la comercialización de productos de
plástico de un solo uso para los cuales hay alternativas asequibles.
En el caso de que no existieran tales alternativas, el objetivo será
limitar su uso imponiendo un criterio de reducción del consumo a
escala nacional; aplicar requisitos de diseño y etiquetado e imponer
obligaciones de gestión y limpieza de residuos a los productores.
Esta nueva normativa situará a la Unión Europea en la delantera en
una cuestión con implicaciones mundiales.
Hay
dos declaraciones de dirigentes europeos muy ilustrativas. El
vicepresidente Frans Timmermans, responsable de Desarrollo
Sostenible, después de remarcar el papel de la Comisión en los
grandes asuntos, entre los que incluyó el que nos ocupa, advirtió
que “esos residuos acaban en nuestro aire, nuestros suelos,
nuestros océanos y nuestros alimentos”. Afirmó que “vamos a
prohibir algunos de esos artículos y los sustituiremos por
alternativas más limpias, de manera que los consumidores puedan
seguir usando sus productos favoritos”.
La
otra manifestación sobre el particular es de Jyrki Katainen,
responsable de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y
Competitividad. Es contundente: “El plástico puede ser un material
fantástico pero tenemos que utilizarlo de una manera más
responsable. Los plásticos de un solo uso no son una opción
inteligente desde todos los puntos de vista económico y ambiental”.
En
todo el mundo, según la Comisión Europea, los plásticos
representan el 85 % de la basura marina, por lo que es indispensable
afrontar los problemas derivados de su fabricación y uso. Eso creará
nuevas oportunidades de innovación, competitividad y empleo. Después
de haber acometido decididamente este problema en el año 2015, el 72
% de los europeos, según el Eurobarómetro, afirma
haber reducido el uso de las bolsas plásticas (continuará).
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