Una
sociedad inclusiva. Cada vez que se dan pasos concretos hacia su
consecución, solo hay que congratularse. El caso más reciente es el
de garantizar que las personas con discapacidad o de diversidad funcional accedan a los
servicios y prestaciones de la Administración General del Estado
(AGE). Eliminar obstáculos es el gran objetivo, a partir de la
promoción de iniciativas y actuaciones que mitiguen, hasta su
desaparición, las distintas formas de exclusión.
Porque
aún existe esa desventaja para las personas con discapacidad, de
modo que les cuesta materializar los derechos recogidos en la
Constitución. Entonces, es más difícil hablar de igualdad o de
condiciones de vida cuando en el ámbito social o cultural encuentran
barreras, especialmente en lo que a cargas burocráticas se refiere.
De
ahí que tenga un importante valor el convenio recientemente firmado
entre el secretario de Estado de Función Pública, José Antonio
Benedicto, y el presidente del Comité Español de Representantes de
Personas con Discapacidad (CERMI), Luis Cayo Pérez, orientado a una finalidad
inclusiva, mediante la simplificación de trámites administrativos y
hasta la supresión de determinadas barreras burocráticas que
también afectan a las familias de ese colectivo.
El
CERMI, organización sin fines de lucro, por cierto, engloba a varias
entidades de acción sectorial y plataformas autonómicas
representativas de personas con discapacidad. Se calcula que aglutina
a más de cuatro millones de personas, mujeres y hombres, con
discapacidad, un 8,5 % de la población.
El
convenio suscrito es un paso sustantivo. De acuerdo con su contenido,
antes del 20 de noviembre próximo, el CERMI habrá de entregar al
Ministerio de Política Territorial y Función Pública, a efectos de
su valoración y viabilidad, un informe con los resultados del
análisis de las propuestas de reducción de cargas administrativas
para este colectivo de personas con discapacidad. La Secretaría de
Estado de Función Pública, por su parte, proporcionará
el asesoramiento necesario y la asistencia que requieran para
ejecutar la simplificación administrativa y con ello reducir las
cargas tanto para ciudadanos como para empresas.
De
igual forma, se garantizarán las labores de seguimiento, vigilancia,
control de ejecución del convenio y se creará una comisión de
seguimiento a tal efecto
que resolverá los posibles problemas de interpretación y
cumplimiento que puedan plantearse.
En
definitiva, otro paso importante para palpar que el concepto de
sociedad inclusiva no es una mera formulación teórica, de la misma
manera que la creación de una subcomisión en el Congreso de los
Diputados para el estudio de la discapacidad o la Ley de Promoción
de la Autonomía Personal y la Atención a las Personas en situación
de Dependencia significaron, en su momento, avances decisivos para
que la inclusión impulsara la igualdad.
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