Se
agota agosto, se reanuda la actividad política digamos ordinaria. No
es que la registrada durante el mes estuviera muy a la baja. Al
contrario, ya se encargó el personal de guardia de exprimir las
noticias que se iban produciendo, siquiera para dar contenido a ese
periodismo 'declarativo' que tanto abunda. Y como hay quien las
vacaciones le sientan bien a partir de las falsedades y los montajes,
pues ha habido tiempo para entretenerse.
Quedó
de manifiesto ayer con la larga reunión de la Comisión Permanente
del Congreso de los Diputados que debatió más de veinte solicitudes
de comparecencia, no solo de ministros sino del propio presidente del
Gobierno. Desde luego, todo da a entender que será un septiembre
políticamente copioso desde el punto de vista parlamentario. Tendrá
que esmerarse el ejecutivo para superar el desgaste a que le someterá
la oposición, consciente, sin duda, de su endeblez. En la frontera
de los cien días, al gabinete de Pedro Sánchez le aguardan unas
duras sesiones de control, en tanto que habrá de saber administrar
aquellas iniciativas con las que ha tratado de poner en evidencia al
gobierno anterior.
Así,
cualquiera de los asuntos incluidos en la agenda que la cámara baja
habrá de examinar a partir de septiembre entraña su importancia.
Pero, dado el cariz violento que está tomando la controversia de
Catalunya, la comparecencia pedida por la ministra de Política
Territorial, Meritxell Batet, para informar sobre la reunión de la
Comisión Bilateral Estado-Generalitat de primeros del presente mes,
se nos antoja relevante. Es impredecible lo que va a suceder en
Catalunya pero el Gobierno solo podrá fortalecer su posición a
partir de una explicación consecuente de sus iniciativas que ponga
en evidencia a las aspiraciones autodeterministas de una parte de los
catalanes, muy enredadas, por cierto, con las peripecias judiciales.
No
menos relevante, políticamente hablando, es todo lo concerniente al
fenómeno inmigratorio, con saltos a la valla fronteriza de Ceuta
incluidos y el procedimiento de las devoluciones en caliente. El
ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, debe aprovechar para
explicar asuntos relacionados con la política penitenciaria, en
concreto la situación de varios presos pertenecientes a la banda
ETA.
Por
no contar con todo lo que ha envuelto la exhumación de los restos
de Francisco Franco del Valle de los caídos, que ha copado espacios
durante unos cuantos días; y la necesidad de explicar con datos y
precisiones el Pacto de Estado contra la violencia de género, a ver
si surten efecto las medidas propuestas y se afronta esta lacra
social con auténtica voluntad de prevenir y socorrer.
Y
sin olvidarnos de los objetivos de estabilidad presupuestaria y de
deuda pública para las administraciones en el período 2019-21, que
vienen acompañados de un escenario revuelto en el Senado,
antecedente, seguro, de lo que luego vendrá con el proyecto de
Presupuestos Generales del Estado (PGE).
En
fin, asuntos relevantes, de indudable interés informativo, que
permitirán recobrar el pulso político-informativo. Septiembre puede
ser...tremendo.
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