El
próximo lunes se inician las obras del proyecto de remodelación de
las calles San Juan, Iriarte, Las Damas y de la plaza Concejil,
redactado por los ingenieros Fernando Alsina Basterrechea y María
Sánchez Mediavilla. Presupuesto de 2,1 millones de euros,
cofinanciaciado al 80 y 20 %, respectivamente por Cabildo Insular y
Ayuntamiento.
Hace
casi un año, el 7 de octubre de 2017, publicamos una entrada
titulada Remodelación
en pleno centro, en
la que exponíamos una serie de consideraciones sobre una actuación
que interesa y que va a ser muy visible, en un marco de desarrollo
urbanístico que ya fue objeto de atención en los años ochenta y
cuya solución satisfizo sobremanera, con sello de Manrique, Jalvo y
Díaz de Losada: se ajustaba a la filosofía de ganar la ciudad para
los peatones al tiempo que cambiaba la fisonomía de un espacio muy
céntrico.
Después,
comparecimos en el proceso de participación abierto para recabar
sugerencias y aportaciones, con espíritu de portuense cabal,
registrando algunas apreciaciones subjetivas que solo pretendían
contribuir al enriquecimiento de la propuesta que se formulaba.
En
esa comparecencia, dijimos que, en efecto, se trata de una actuación
que requiere de máxima ponderación teniendo en cuenta el ámbito
espacial en que se va a desarrollar, una zona céntrica y muy
transitada peatonalmente, con inmuebles y rincones de alto alto valor
patrimonial, artístico y constructivo.
En
ese sentido, entendíamos que hay que preservar las fachadas de casas
y edificios que, por distintas causas, han sufrido una considerable
erosión o pueden verse afectadas por la actuación que se quiere
realizar. Sea el primer ejemplo el de la Casa Ventoso o antigua sede
del colegio de los Padres Agustinos. Estimamos que la plaza Concejil
debe ser un espacio lo más diáfano posible, sin desniveles ni
pendientes, de modo que se pueda disfrutar de su dotación teniendo
en cuenta los usos futuros del inmueble, cuya adquisición promovió
hace algunos años el Ayuntamiento mediante la suscripción de un
convenio con el Obispado.
Creemos,
por consiguiente, que hay que transformar o suprimir el jardín o
parterre del centro del espacio, sin olvidar los antecedentes
históricos (¿pozo o conducción para agua?) de los que convendría
dejar alguna huella, mediante placa o similar.
No
es procedente, a nuestro juicio, la dotación en ese espacio de un
parque infantil cuya utilización podría dificultar el
desenvolvimiento de los comercios y establecimientos próximos,
además de alterar las actividades que en el futuro se desarrollen en
el inmueble citado. A tener en cuenta las puertas de acceso al mismo
desde la zona lateral que albergaba la antigua capilla del colegio.
La
plaza debe contener elementos de vegetación, si es posible,
autóctona. Que den sombra. Y el mobiliario (bancos y luminarias),
dadas las características del espacio, se ajustaría a diseños más
clasicistas como los actuales. Expresamos nuestra discrepancia con
los inspirados en camas balinesas.
En
nuestra opinión, hay que tener especial cuidado con el emplazamiento
del busto que honra la memoria del que fuera alcalde y gobernador
civil, Francisco Afonso Carrillo, especialmente la orientación de su
mirada. Si va a ser trasladado, es necesario dar los pasos adecuados,
incluidos los de una posible consulta popular.
Desde
luego, somos partidarios de la homogeneización de la pavimentación
de la superficie de las vías, si bien sería conveniente diferenciar
las zonas de ocupación por los establecimientos comerciales, cuyos
criterios deben regularse de forma estable por la ordenanza
específica y los derivados de acontecimientos sociales, culturales y
religiosos.
Si
se elimina la rampa de la calle Las Damas, hay que proporcionar una
alternativa que, ajustada a las exigencias legales vigentes, facilite
el desplazamiento de las personas con diversidad funcional y
dificultades de movilidad. Convendría reducir el número de
escalones, teniendo en cuenta que hay un recinto cultural en el tramo
comprendido hasta la calle Cupido.
Se
sobreentiende que la remodelación de la calle San Juan se prolongará
hasta el cruce con Santo Domingo/La Marina, en las inmediaciones del
refugio pesquero. En ese tramo hay que tener en cuenta la existencia
de la popular Iglesia de San Francisco y la resultante del nuevo
Parque San Francisco, sin olvidarnos de Plaza del Doctor Víctor
Pérez (popular San Francisco). Se trata de elementos distintivos de
esta parte de la geografía urbana del centro de la ciudad, dos de
ellos (Iglesia y Plaza) muy apreciados sentimentalmente por la
población, independiente de su valor histórico. A nuestro juicio,
las modificaciones en esos lugares deben ser las menos posibles. Y en
cuanto a la trasera del Parque, se debería dar una solución que
armonice con las características de la vía peatonal.
Estas
fueron, básicamente, nuestras aportaciones. Veamos ahora el
resultado de los trabajos de ejecución.
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