Hasta
cinco mil ochocientos empleos entre periodistas se perdieron en el
último trimestre, según los registros de la Encuesta de Población
Activa (EPA). En ellos hay que incluir los que se han producido en las dos provincias canarias, tras el cierre de alguna cabecera y las reducciones de plantilla llevadas a cabo por algunas empresas.
Es
un mal dato. Y por consiguiente, una mala noticia. En términos
generales, las estadísticas no eran buenas. Se crea empleo pero el
frenazo es innegable, siendo tres veces inferior a las cifras que se
manejaban hace un año. Recordemos que el número de desempleados en
esa etapa había caído en dieciséis mil doscientas personas. Aún
así, deteniéndonos en la cifra anual, el empleo había
crecido en un 1,77 %.
Lo
peor es que en lo concerniente al número de parados en el sector de
la comunicación y el periodismo, los datos publicados por la EPA
referidos al tercer trimestre son preocupantes hasta encender los
timbres de alarma, si no lo estaban ya. El sector ha incrementado el
número de desempleados en cinco mil ochocientos, alcanzando los
treinta y cuatro mil quinientos respecto al segundo trimestre, datos
que conocimos en el mes de julio.
Los
analistas han valorado las cifras anuales como muy regresivas e
inquietantes para el sector. De veintiséis mil quinientos parados en
2018, se ha pasado a treinta y cuatro mil quinientos, es decir un
incremento de desempleados del 13 %.
Esta
claro, pues, que en líneas generales, se aprecia un auge del
desempleo, si bien no llega a alcanzar las cifras de la crisis que
asoló la creación de empleo en el sector, tal es así que llegó a
hablarse de un cierto repunte. La mejor cifra que el sector ha vivido
en los últimos años corresponde al segundo trimestre del año 2018,
cuando el número de desempleados se estancó en veinticuatro mil
novecientos, casi diez mil trabajadores menos que en la actualidad.
Entre
la destrucción de empleo y la precariedad en las condiciones de
trabajo, que sigue siendo otro factor condicionante y desanima tanto
las expectativas como el desarrollo de los que tienen la suerte de
acceder a un contrato laboral, los horizontes profesionales en el
ámbito del periodismo y la comunicación son bastante oscuros. Se
creía que con las opciones de la digitalización y la proliferación
de nuevos medios podría haber, cuando menos, rayos de esperanza.
Todo da a entender que seguiremos sufriendo.
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