Llámense como se quiera, nómadas digitales, trabajadores remotos o teletrabajadores, lo cierto es que la iniciativa de captarles e incorporarles al modelo turístico de Canarias va viento en popa. La iniciativa comenzó a desarrollarse hace dos años. El propósito era ganar espacio y consolidarse. Lo están consiguiendo.
Lo saben bien en la consejería de Industria,
Comercio y Turismo, cuya titular, Yaiza Castilla, estima que este perfil del
viajero tiene un gran impacto en la economía de las islas, además de una gran
capacidad para contribuir a romper la estacionalidad. Según datos de la
sociedad ‘Turismo de Canarias’ estos visitantes disfrutan de una estancia media
de cincuenta noches y realizan un gasto medio de tres mil ciento setenta y un
euros.
Los buenos resultados y la experiencia que se
va acumulando hacen que la solución de continuidad de la estrategia tenga
nuevos ingredientes: en efecto, la la citada consejería ha invertido seiscientos mil euros en una
llamativa campaña de promoción, que acaba de poner en marcha en doce mercados
europeos: Reino Unido, Alemania, España, Francia, Italia, Irlanda, Finlandia,
Suecia, Suiza, Bélgica, Países Bajos y República Checa.
La consejera Castilla entiende que entramos
en una nueva fase de comunicación,
después de haber cumplido un primer objetivo: situar a las islas en el mapa de
los teletrabajadores, a través argumentos racionales como son la banda ancha,
la conectividad aérea o la compatibilidad horaria.
En esa nueva fase, el mensaje se centra en el
denominado plano motivacional, desarrollando un concepto de comunicación sobre
el que basculará toda la campaña: el #AfterTeleWork. La nueva estrategia
incluye innovaciones y de gran formato para Londres y Berlín, donde varios
heículos con pantallas gigantes seguirán una
ruta que discurre por zonas donde se concentran compañías afines a la
flexibilidad laboral.
“El mensaje parece haber calado entre la
comunidad de remote workers de Europa, que empiezan a consolidarse
como un segmento estructural dentro del modelo turístico de Canarias, cada vez
más diversificado y menos dependiente, asegura la consejera.
Los datos, ciertamente, son alentadores. Entre enero y noviembre llegaron a las islas
cuarenta y cinco mil ochocientos teletrabajadores, de acuerdo con Nomad List, el portal de referencia mundial de los teletrabajadores.
Estos viajeros, como dijimos al principio, disfrutan de una estancia media de
cincuenta noches y despliegan un gastos medio de tres mil ciento setenta y un
euros, una cantidad que equivale al gasto medio realizado por ciento veinte mil
cuatrocientos turistas vacacionales.
El 44 % de ese dinero lo destinan a
actividades complementarias, al alojamiento y al billete de avión, es decir,
que mil cuatrocientos ocho euros se invierten directamente en el destino, un 20
% más que el visitante vacacional, que gasta un 25 % (trescientos un euros) en
estas actividades.
En
comparación con el turista medio, los trabajadores en remoto realizan un gasto
superior en restaurantes y cafeterías, supermercados, actividades deportivas,
museos y pasajes entre islas. Se trata, por tanto, de un tipo de gasto
redistribuido y que revierte de forma directa en la economía local de las ocho
islas.
En
cuanto a los países de procedencia de estos visitantes, según los datos
manejados por la Asociación Canaria de Espacios Colaborativos, encabeza el
‘ranking’ Alemania (27 %), seguido de Reino Unido (12 %), Países Bajos (10 %),
República Checa (8 %), Estados Unidos (6,6 %), España (6,6 %) e Irlanda (5 %).
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