miércoles, 23 de noviembre de 2022

ZALBA, HISTORIADOR DEL ARTE

 Debió ser en los meses finales del mandato 1999-2003 cuando desde la alcaldía del Puerto de la Cruz propusimos le fuera concedida la Medalla de Oro de la ciudad al Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC). El acto de entrega tuvo lugar en la sala ‘Timanfaya’. Le encargamos la presentación a Eduardo Zalba González, que iba para historiador y con cuya familia manteníamos una relación de amistad y vecindad muy estimable. Aquel acto, por cierto, tuvo una anécdota que recordamos por el mal trago que hubimos de pasar: se demoró considerablemente porque faltaban instrumentos y personal. Hubo que habilitar una solución de urgencia trayéndolos de algún municipio de la comarca de Acentejo. El joven Zalba, que ya apuntaba investigaciones históricas las cuales amasaba en el propio Instituto, aguantó el tipo muy bien, sin descomponerse hasta lograr que el público se mantuviera interesado muy respetuosamente y sin quejas ostensibles.

Zalba, más curtido pero siempre con espíritu juvenil y ganas de aportar aspectos novedosos basándose en el rigor y el respeto a las fuentes, volvió días pasados al mismo escenario, esta vez para recoger el premio ‘Paco Afonso 2022 a la Identidad Portuense’.

Hay muchos factores para forjar la identidad de un pueblo. La historia, en su conjunto, y la historia del arte, en particular, ha sido determinante para conocernos mejor y para sentirnos como lo que somos los portuenses: un pueblo emprendedor, dinámico y predispuesto para vivir a fondo nuestras propias sensaciones o capacidades.

En este sentido, el historiador de arte, natural del municipio, Eduardo Zalba González, nos ha proporcionado muchas satisfacciones. Gracias a sus investigaciones, a sus conferencias, a sus intervenciones mediáticas o en celebraciones que son consustanciales a nuestra forma de ser y de conmemorar, nos hemos acercado y ha sido posible conocer las entrañas de un pueblo tan pleno de peculiaridades, personajes, obras e iniciativas que marcaron y marcan nuestro devenir.

Zalba ha averigüado y ha profundizado en aquello que conocemos de oídas o como él gusta decir, mediante la tradición o transmisión oral.

Su trabajo incesante, lleno de rigor, manejando fuentes contrastadas, le convierte en un portuense indispensable de nuestro tiempo. Esa tarea constituye una decisiva contribución a la forja de la identidad portuense que hay que seguir cultivando y difundiendo, como él lo hace, desde el tesón y el rigor.

Autor de artículos para revistas especializadas, ha colaborado, igualmente, en obras colectivas. Estudioso, conferenciante, investigador y amante del hecho religioso, su precisión a la hora de analizar el costumbrismo, la idiosincrasia y la personalidad urbanística del Puerto de la Cruz le hacen acreedor de respeto, sobre todo cuando de hablar de historia del arte se trata.

Sus abuelos, Paula y Sando, se sentirían orgullosos. Vaya que sí.

 

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