¿Cambio de paradigma en las redes sociales? Atentos a las últimas tendencias que, a lo largo de los últimos meses, parecen experimentar una transformación de aquéllas… en altavoces sociales, sin contar, no por mucho tiempo, los giros que proceden del ‘Todopoderoso’ Trump, Musk y demás atropofauna cultivada al calor del más feroz capitalismo, donde se cumple el principio de lo que tienes, lo que vales. Y si no, ya sabes.
Se aprecia, en efecto, una sustancial variación en las estrategias de contenido de estos vastos escaparates públicos, en los que empieza a predominar, por cierto, el formato del vídeo corto.
A finales de octubre, cientos de mujeres se unieron en Instagram para denunciar colectivamente situaciones de acoso machista. Días después, los jóvenes creaban cadenas en TikTok para apoyar a la ‘influencer’ Mar Lucas ante las amenazas de su ex. Y recién iniciado noviembre, las mismas redes de la atención movilizaron “al pueblo para salvar al pueblo”. Tres situaciones en las que el entretenimiento cedió protagonismo a la función social de las plataformas.
La ‘influencer’ Marta Arranz sugiere en la publicación digital Control Publicidad que no es casual esta suerte de giro consensuado hacia el entretenimiento porque -razona- la obsesión por la viralidad nos ha hecho confundir visualizaciones con interés genuino. “Mientras las marcas buscan el gancho perfecto para aumentar el alcance de sus ‘reels’, los usuarios exploran vías más privadas para conectar, moviéndose del ‘feed’ a los mensajes directos”, explica Arranz.
Añade que si bien el contenido de alto alcance funciona a corto plazo, no debemos perder de vista que el mayor rédito se consigue cuando conectamos realmente con las personas detrás de sus avatares. “Y por más que nos “empujen” los algoritmos, no deberíamos olvidar aquellas estrategias que nos acercan, tras las pantallas, a otros seres sociales. Porque las redes son, y seguirán siendo, sociales”, concluye la ‘influencer’.
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